9. Luces, Pino, Acción

Bienvenidos a un nuevo episodio del podcast Yo Soy Pino, un viaje fascinante a través del tiempo que nos llevará a explorar la conexión única entre el pasado y el presente de las colegialas del Colegio Mayor Santa María del Pino. Hoy encendemos los focos para hablar de una de las actividades que más pasión, talento y dedicación despierta en el Pino, el teatro. Nos acompaña Aurora Gómez Villalba, ex colegiala de la habitación 221 y jefa de escenografía de la primera obra teatral del colegio, La Novia Cadáver. También participa Luján Costa, de la habitación 712, actriz de la producción actual y galardonada como mejor actriz de reparto en 2024. Finalmente nos acompaña Camila Vances, de la habitación 111, actual responsable de escenografía en Asesinato en el Orient Express. Tres generaciones distintas unidas por un mismo escenario. Bienvenidos, Yo Soy Pino.

Y bueno, aparte de todo este repertorio de estrellas que tenemos aquí hoy, también contamos con la presencia de Marta Cobián, de la habitación 704, quien me va a asistir como co-entrevistadora. Así que bueno, nada, comencemos. Bueno Aurora, y cuéntanos un poco cómo era el teatro en el Pino antes de la primera colaboración con el Elías Aguja. Antes de empezar la colaboración Pino-Aguja, que se empezó en mi primer año, no había, por lo menos en los años recientes, a ver, los años atrás, a mi llegada no había, creo que había algo, pero empezamos en nuestro año porque el Aguja se había quedado sin uno de los colegios mayores y tenía solamente el Vedruna y ellos habían llegado a tener hasta tres colaboraciones y se quedaron solo con uno y entonces dijeron que porque no lo hacían con el Pino y vinieron a conocernos y ahí empezó todo.

Me acuerdo perfectamente que estaba Álvaro Nieto, Fran Salamanca y Álvaro Ramos, que venían los tres subiendo por las escaleras del Pino diciendo a ver qué pasa, a ver cómo sale esto y bueno nos conocimos y ahí empezó todo. ¿Hubo algún desafío al integrar los dos colegios mayores en La novia cadáver? Pues era un gran desafío porque claro no estábamos acostumbrada a ese nivel de seriedad que tenía el Aguja, vamos, no sé si siguen teniendo ese grado de seriedad, pero yo me acuerdo de ir y yo iba a ver su obra de teatro y aquí era súper profesional y además había mucha tensión con eso de que no fuera una comedia o algo absurdo, sino que fuera eso, algo que se viera bien, venía muchísima gente de fuera a vernos, no solamente colegiales y directores de teatro profesionales, entonces era como madre mía, ¿qué va a pasar? Sí y además no fuimos con una obra pequeña, sino con La novia cadáver, que éramos cien, tres escenografía, actores, principales, secundarios, o sea éramos muchísimos, entonces fue un poco complicado, de hecho el segundo año el director que llevaba la obra dijo no voy a hacerlo más pequeño, que salió fenomenal, pero dijo esto no se puede manejar tantas personas. ¿Cómo fue todo el proceso de preparación para la obra de La novia cadáver? ¿Qué es lo que más con más cariño recuerdas de la obra? Pues el proceso de preparación empezamos, bueno el director empezó proponiendo obras y haciendo el guión y adaptándolo y mientras tanto fuimos haciendo las audiciones, que al principio costó un poco que la gente se apuntara, me acuerdo perfectamente porque había mucha gente como que quería participar por el tema de conocer a otras personas, pero se querían apuntar más en el tema de escenografía, más que actuar, esto el primer año, o sea costó un poco, pero al final salió y una vez que ya teníamos las actrices, los actores, todo un poco, pues lo siguiente más complicado fue organizar a tanta gente en sus horarios para ensayar y lo que más aprecio, lo que más recuerdo, que fue lo mejor y lo peor al mismo tiempo, eran las noches antes del estreno con esos nervios que no llegábamos con la escenografía.