Acepta ser perseguido por Cristo. Homilia viernes 17/10/2025, P. Santiago Martín FM

Yo soy el buen pastor que da la vida por sus ovejas. El señor esté con vosotros.

Lectura del santo evangelio según san lucas. En aquel tiempo miles y miles de personas se agolpaban alrededor de jesús. El señor empezó a hablar dirigiéndose primero a sus discípulos cuidado con la levadura de los fariseos que es la hipocresía pues nada hay cubierto que no llegue a descubrirse ni nada escondido que no llegue a saberse por eso lo que digáis en la oscuridad será oído a plena luz y lo que digáis al oído en las recámaras se pregonará hasta la azotea. A vosotros os digo amigos míos no tengáis miedo a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer más.

Os voy a enseñar a quien tenéis que temer. Temed al que después de la muerte tiene poder para arrojar a la hiena. A ese tenéis que temer os lo digo yo.

¿No se venden cinco pájaros por dos décimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo. Valéis más que muchos pájaros.

Palabra del señor. Hoy la iglesia celebra la memoria litúrgica de san Ignacio de Antioquía. Un discípulo seguramente a través de san Policarpo. Un discípulo de san Juan Evangelista. Es decir, estamos hablando de los primerísimos años de la iglesia. Mártir.

San Ignacio era obispo de Antioquía, entonces una de las grandes ciudades del imperio romano. Aquella ciudad donde los cristianos habían sido empezados a llamar por ese nombre. Hasta entonces se les conocía como nazarenos.

Una ciudad donde el cristianismo había echado raíces y daba muchos frutos. Y por eso una ciudad perseguida, una ciudad castigada por la persecución.

San Ignacio era ya anciano cuando fue detenido y como sucedía en otros casos querían en Roma que sus juegos crueles contaran con personas de prestigio. Él como líder, como obispo de los católicos fue destinado a ser sacrificado en Roma.

En el camino desde Antioquía hasta Roma fue escribiendo unas cartas a algunas de las comunidades por las que iba pasando el cortejo que le llevaba prisionero. Son un tesoro de la iglesia primitiva, un tesoro. Todas ellas. Merece la pena destacar la que dirige a los romanos, a los cristianos de la ciudad de Roma antes de su llegada.

Porque aunque ya había estallado la persecución, sin embargo todavía había personas influyentes en la corte del emperador que podían movilizarse para conseguir que la pena de muerte, ser arrojado a las fieras en el circo se conmutara por otra cosa o se le absolviera pensando en sobre todo en su edad avanzadísima.

San Ignacio les escribe y les pide que no hagan nada a favor de él y dice una frase que ha quedado en la historia como un ejemplo de lo que tiene que ser un obispo y de lo que tiene que ser un sacerdote y un laico católico. Soy trigo de Cristo, escribe San Ignacio. Soy trigo de Cristo y tengo que ser molido por los dientes de las fieras.

No me queráis de forma inoportuna, les dice. No hagáis nada para salvarme. Soy trigo de Cristo y tengo que ser molido por los dientes de las fieras. Eso es un cristiano, eso es un obispo. Pero eso ¿qué tiene que ver con el evangelio de hoy? Dice el texto de San Lucas que he leído. Os voy a enseñar