Aceptar cookies: qué hacen con tus datos (CARNE CRUDA #1503)

Cuando yo me entero de que ha empezado todo, bueno, sé perfectamente hasta el día, que fue el 15 de diciembre, porque era el cumpleaños de Pedro.

Y en ese momento me llamó, me recibe una llamada en mi centro, me lo da el conserje y me dice, es un padre.

Entonces lo cojo, ¿es usted Ana María Perea Puerto? Sí.

Le llamo del Banco Cetelén.

Es que yo no conocía ni el banco.

¿Usted es Ana María Perea Puerto? Sí.

¿Usted debe 11.000 euros en este banco? Perdón.

Yo no sabía de qué me estaba hablando, me puso bastante nerviosa, pero además muy antipático, muy brusco.

Dani Sousa es el nuevo guionista, el flamante nuevo guionista de Carne Cruda.

Bienvenido a Esta República Independiente de la radio.

Muchas gracias, Javier.

Bueno, flamante no sé, ya veremos si no decepciono.

Mira, tú ten en cuenta que eres la cuota masculina del equipo.

Oye, pero yo quería que me dijeras aquello de Crudos Díaz.

Crudos Díaz. Crudos Díaz, Dani Sousa.

Ahora ya me siento bienvenido aquí.

Bueno, cuéntanos a quién estábamos escuchando.

Pues mira, os presento a Ana Perea, que vive en Málaga con su marido, tiene dos hijos y es profe en un instituto allí de la ciudad.

Hace unos años, un día de repente, llamaron a su trabajo, al instituto, para decirle que le debía dinero a un banco de estos que, por decirlo así rápidamente, da créditos rápidos, pero con muy poco control y con muchos intereses.

Y ella, que no sabía nada, porque no había pedido nada, pues imaginaros la situación.

Él ya se dio cuenta de mi nerviosismo y de mi angustia, incluso yo creo que, bueno, mi voz era tan extrañada, que me dice, bueno, yo creo que usted ha recibido o le han robado la identidad.

Esto tiene pinta de ser un robo de identidad.

Porque claro, me decía, usted ha firmado digitalmente.

Pues yo no tengo firma digital.

Si es que no tengo ni firma digital.

Pues mira, fue ese empleado del banco el que le abrió un poquito los ojos de lo que estaba pasando.

Empezó a pensar dónde había podido dar ella sus datos.

Y se acordó de que hacía meses, su hijo, que estaba buscando piso aquí en Madrid, pues le había dado a su hijo una imagen de su DNI de su nómina.

Recordó también que para intentar alquilar aquel piso, le habían pedido los datos por anticipados en una web inmobiliaria.

Y aquella persona nunca más contestó.

Así que pues Ana ya sumó dos más dos.

Y a partir de ese momento, después de ese préstamo, he tenido que denunciar dos más.

Y tuvimos que llamar para decir, incluso que no me llamaran a mí más, porque me estaban creando un estado de nervio impresionante, hasta que ya conseguimos denunciarlo y demás.

Pero es que para la denuncia yo...

Denunciar fue un calvario.

No tenía ni los datos de los contratos de los préstamos.

La bombardearon a llamadas.

Y bueno, pues si antes Ana se fiaba poco de internet, desde entonces casi que le da miedo hasta encender el ordenador.

Y el caso de Ana no es único.

No, sabemos por un estudio de ObservaCiber, que es el instituto público especializado en ciberseguridad, que 9 de cada 10 españoles reconoce que necesita más información sobre seguridad en internet.

Sí, y en ese muestreo, además en ese análisis sobre nuestros hábitos en la red, descubrieron que el 52% de los ordenadores tenían algún tipo de software malicioso.

Mira, yo antes aceptaba todas las cookies.

Yo no acepto.

Yo ya no acepto nada, porque realmente esto, yo me río, pero esto realmente a mí me ha provocado un estado de estrés.

He tenido que pasar tres veces por la urgencia de ir.

Yo no soy una persona acostumbrada a estas cosas.

Bueno, casi nadie está acostumbrado a estas cosas.

Ni parece que sea una buena costumbre.

La cosa es que muchas veces nos estafan y nos resulta difícil de creer que algo así nos pueda pasar a nosotros.

Internet para mí es un mundo completamente desconocido.

Yo no hago compras por internet.

Yo no tengo una cuenta.

Yo no sé lo que es comprar por internet.

Ni entro en ninguna página.

Ni yo navego por internet.

Yo no doy ya nada, absolutamente.

Y antes tampoco.

Gracias, Ana, por compartir con nosotros su historia y enhorabuena por este estreno, Dani.

Muchas gracias, Javier.

Violeta, ya tenemos otro gallego en la oficina.

Esto es una plaga.

Celtia, Dani Sousa, bueno, y un tercero, que soy yo.

A veces son llamadas sobredeuda inexistentes.

Otras para ofrecernos trabajo.

O para que nos cambiemos de compañía eléctrica.

Hay veces que nos cobran un dinero todos los meses de algo a lo que no nos hemos suscrito.

Y otras en las que una hija nos pide dinero.

Aunque tú no tengas hijas.

Algunas veces solo hace falta aceptar nuestras cookies para seguir navegando.

Y otras ni eso, porque se comparten automáticamente.

Porque todas estas situaciones son habituales.

Y nos parecen normales.

Aceptamos las cookies sin saber lo que significan.

Aceptamos las condiciones de las aplicaciones sin leerlas.

Aceptamos ceder nuestros datos sin saber a quién ni para qué.

Son las estafas de hoy que toman el relevo de las estafas de ayer.