AGI: Ahora Gana el Interés

Muy buenos días humano. Domingo 27, ahí y ahoy. Bienvenido a tu podcast. Cuando empezamos allá por febrero del año pasado, OpenAI estaba empezando su nuevo proyecto. No es que acabaran de llegar, es que nuestro CEO favorito estaba diseñando el equipo a su imagen y semejanza.

En aquel momento la empresa de Hippity no era nadie, pero ya se les notaban las costuras. El primer especial que hicimos, por votación popular, fue Google tiene mi edito. El episodio a muchos les pareció una alucinación. Hoy nadie discute que San Dios les está comiendo la tostada y cada vez es menos una ilusión y más un sorpaso real. Hablaremos de ello, pero también de Antropic, de cómo corren las máquinas, de robots que aprenden como tú y de la conciencia de la IA.

Vamos, nuestros temas habituales, nuestros sospechosos habituales, nuestra vida, que ahora nos parece lo normal, pero es la ciencia ficción en tiempo real. Friccionamos.

No vamos a repetir las peripecias del bueno de Sam. Ya sabes, algunos como Ilia Saskiva o Murati le dijeron a la junta directiva que el CEO mundial iba un poco a lo suyo y quizá un pelín de prisa, pero sobre todo que era un mentiroso. Bueno, que no contaba la verdad. Como no podía ser de otra forma, la junta le largó, pero fue por unos días. Casi es más lógico decir horas, porque el bueno de Sam lo tenía todo pensado y enseguida hizo rodar sus engranajes y empezaron a salir apoyos en la empresa como si no hubiera un mañana.

De hecho, ese fue el argumento que usó. O vuelvo o te quedas sin trabajo y para ti no habrá un mañana. Es tan convincente que se ganó hasta los que habían votado para que se fuera, y por supuesto volvió no sólo por todo lo alto, sino con todo el poder. Ya no tenía que mentir a la junta, porque en unos meses echó o se fueron los disidentes y formó un séquito a su imagen y semejanza. En esos momentos el objetivo de la empresa era el de garantizar que la inteligencia artificial general beneficia a toda la humanidad.

O bien hay un error de traducción, o es que tienen una definición de humanidad muy peculiar. Quizá para OpenAI la humanidad es la empresa y los accionistas. El caso es que este es el objetivo, que todavía a día de hoy ponen en su web. Sam, ayúdame, estoy un poco lost in translation.

El caso es que una empresa que vale 500.000 millones de dólares, un inciso, cuando alcanzó los 100.000 millones de valoración dijimos que ya serían 300.000. Ahora ese es su valor, pero cuando salga a bolsa estamos seguros de que estarán más cerca del medio kilo de billón.

Tiempo al tiempo. Lo dicho, si recibe dinero a cascoporro y se preocupa por vender, ¿dónde queda eso de proteger a la humanidad? ¿En que se diferencian de una empresa? Pues el papi de Hippity nos lo explica muy bien. La parte sin fines de lucro da un pequeño paso a un lado, y la empresa se convierte en una corporación de beneficio público. ¿Y eso qué es lo que es? Pues ¿te acuerdas de lo que dijo Sam Allman en 2017? No queremos tomar decisiones que beneficien a los accionistas, solo queremos rendir cuentas a la humanidad en su conjunto. Pues eso no, más bien lo contrario. Que no es que haya cambiado de idea, es que está madurando y evolucionando.

Con una entidad de este tipo, atención, si la empresa no beneficia al público, imagina que en lugar de al ser humano se dedican a ganar dinero para la junta.