Description of Al ver la fe de ellos
Hacemos nuestra oración hoy con el pasaje del Evangelio, en el que le presentan a un paralítico al Señor y viendo su fe le dice al paralítico, anda tu fe te ha salvado.
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Por la Señoridad de la Santa Cruz de nuestros enemigos y del Señor Dios Nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.
El título del retiro que pone en ese examen tan bien impreso, con letras grandes, pues dice al ver la fe de ellos, este retiro se titula así, al ver la fe de ellos, el paralítico y sus amigos, es un poco el tema.
Vamos a ver el pasaje.
Sucedió un día, mientras enseñaban, estaban también sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea, de Judea y de Jerusalén y la fuerza del Señor les impulsaba, le impulsaba a curar.
Cuando dio a que unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico e intentaban introducirlo para colocarlo delante de él pero no haya por donde hacerle pasar a causa de la multitud, subieron al tejado y por el techo lo descordaron con la camilla y lo pusieron en medio delante de Jesús.
Viendo la fe de ellos dijo, hombre, tus pecados te son perdonados.
De la fe, mira con cariño al paralítico, a los amigos, al bollo que habían montado con eso de que empezaban a caer cosas del techo.
Es una, digamos, escena amable, bueno amable o poco curiosa ¿no? Pues amigos, buenos amigos, no se detienen ante la dificultad, quieren acercar a Jesús, a su amigo y además el Señor también empieza por el principio, tus pecados te son perdonados.
La amistad es poner a las almas ante Jesús.
Nuestro padre cuando escribía esos libros de fuego decía, ponerlos delante de Jesús para que Jesús les diga, no más que yo convencer de nada más que, no sé, hacerles ver un camino espiritual o que sea, delante de Jesús, delante de Cristo.
Por eso, esta primera meditación que hemos tenido por la mañana, la oración humilde, pues eso es lo primero.
O sea, cómo se acerca a los amigos a Dios, cómo podemos hacer algo para que entre la gracia de Dios en su vida.
Pues primero rezar, primero decirle al Señor que a ver qué pasa con nuestros amigos, que a ver cómo les podemos ayudar, cómo podemos entrar un poco en su vida, en su mundo, en arreglar, en ayudarles, en darles un poquito de luz al ver la fe de ellos.
Nuestra fe Señor, tú ves nuestra fe o nuestra fe está por los suelos.
A lo mejor pasa por aquí un ángel y hace algo, ¿no? ¿Cómo es nuestra fe? ¿Cómo hacemos planes, nos decían esta mañana? Para nosotros y para los demás, para mi vida y para las vidas de la gente que tengo alrededor.
El padre nos decía hace poco, ver a Cristo en los demás.
O sea, en el fondo, la escena del diacrucis, que a lo mejor hemos meditado, de la mujer que limpia el rostro de Cristo, pues es un poco lo nuestro, ¿no? Limpiar ese rostro de Cristo en los demás.
A veces hay que darle un poco de orilla hasta que se vea un poco el rostro de Cristo, ¿no?
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