Muy buenas tardes, señor, usted, ¿cómo se llame? No sé, mío, este...

Mirá, yo, ¿cómo me llamo? Pará, que déjame que lo piense.

Ah, Alberto.

¡Alberto! Alberto Castillo, señores, lo tenemos aquí.

No, no, no, no.

No, Castillo no, Castillo no, es una casita nomás, un departamento chiquito.

¿Cómo te va? Qué lindo. Gracias por...

Aquí andamos con la rutina de siempre.

Ahora hay mucho más movimiento aquí en San Pablo y en ciudades cercanas aquí.

Así que estamos bien.

Mirá, eso de cercana no sé, porque la verdad es que es tan grande Brasil.

No me digas que solamente andas por ahí por San Pablo nomás, no, no.

No, no, no, pero a los pocos, porque esto de la pandemia y todo lo que pasó, paró, paró, paró, el show paró, paró todo.

Sí, sí, bueno.

Porque hubo un crecimiento de esas personas que les gusta agarrar las cosas que no son suyas.

Ah, no me digas, ahí también, che, qué cosa.

Bueno.

Mucho.

Más vale que de eso, sí, bueno.

Vamos a olvidarnos, vamos a decir, vos tenés casi todas o todas las semanas conciertos, ¿verdad? Mira, hay conciertos y hay...

Desconciertos.

Sí.

Hay una parrilla argentina.

Ah, bueno, ¿qué te parece? Sí, que todos los sábados me llaman para cantar tango, folclore, bolero, todo eso.

Ajá, mira vos.

Sí, y bueno, como usted decía, la otra vez tuviste que hacer no sé cuántos miles de kilómetros para llegar a, no sé dónde fuiste a cantar.

Ah, sí, en otro estado.

Sí, un estado calamitoso.

Casi mil kilómetros.

Mil kilómetros, mil kilómetros.

Sí, hay que andar, ¿eh? Bueno.

Bueno, ahora, de aquí a un par de meses, no me acuerdo de cabeza la fecha, voy a ir a cantar a Puerto Iguazú.

Ah, sí, mira vos.

Hay un casino grande allá.

Ah, claro.

Son más de mil kilómetros.

¿Será cerca de donde está nuestro amigo Walter Barnini? Bueno, vos creo que lo estuviste con él.

Claro, él vive allá.

Sí, él vive allá.

Su señora es...

Es guía de turismo.

Guía de turismo.

Qué lindo, qué lindo.

Buen guitarrista, buen guitarrista el gordo.

Bueno, ahora creo que enflaquece un poco, lo he visto más en forma.

Creo que está más, sí, bueno.

Muy buen, muy buen guitarrista, cantó mucho tiempo por acá, formó conjuntos y demás.

Pero un buen día tomó el ómnibus, fue a Misiones y nunca más volvió, a la Triple Frontera.

Está muy bien.

Bueno, vamos a ver una cosa.

¿Cómo andás vos entonces, últimamente? Además, te hemos escuchado, muy lindo, esta amiga tuya, esta compañera, una cantante.

Peque Luz.

Claro, es una chica bien, muy jovencita.

Yo soy amigo del padre de ella.

Y un día se aparece en casa, mira, mira, voy a ir con mi hija, así la presento.

Bueno, ahí me dijo que cantaba, qué sé yo.

Y bueno, agarré la guitarra y pensé, qué lindo canta esta chica.

Y ella me pidió que le pasara alguna canción de Buenos Aires, algo de Gardel.

Y le pasé, le dije, que me quiera.

Ay, qué lindo, qué lindo, lo quiero grabar.

Lo grabó y yo la iba a acompañar con la guitarra.

Y le digo, bueno, me voy a sentar allí para...

Dice, no, no me gustaría que cantemos juntos.

Y fue sin ensayo.

Eso fue lo extraordinario que es la música, cuando se te mete algo así en la cabeza.

Claro que sí.

Sin ensayo.

Y yo levantaba una...

Le dije, mira, si yo estoy tocando la guitarra y levanto la mano, seguí vos.

Bueno, bueno, y así.

Bien.

Y salió.

Y salió.

Y digo que sí, yo reafirmo que salió, porque ya lo escuchamos acá, por tu gentileza.

Y además hemos compartido el video, que está precioso el video.