

Description of Alejandro Palomas: Una vida
Entrevista de Manuel Pedraz a Alejandro Palomas sobre su novela “Una vida” (Destino)
Alejandro Palomas cierra la serie protagonizada por Amalia, y narrada por su hijo Fer, con “Una vida”, la novela en la que la familia tiene que afrontar el anuncio de la muerte de la madre. Fer y sus hermanas, Emma y Silvia, van a Urgencias con su madre, Amalia, por lo que parece una infección más de las muchas que ha sufrido, pero el diagnóstico es más grave y supone abrir un plazo para su despedida. A partir de ahí todo cambia en el entorno familiar: los hijos han de convertirse en cuidadores y, de alguna forma, en padres de su madre, que a su vez ha de ir asumiendo el rol de hija y dejarse cuidar. La novela plantea temas como si hay que decir a los enfermos terminales lo que les ocurre, la problemática de compaginar los cuidados a los mayores con la vida de los hijos o la obsesión de la sociedad actual por ocultar la muerte.
“Una vida” cierra una tetralogía de la que también forman parte “Una madre”, “Un perro” y “Un amor”. Alejandro Palomas trabaja ya para llevar el personaje de Amalia al comic y al teatro
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Historias de papel, premio nacional de fomento de la lectura.
Una vida, de Alejandro Palomas.
En el caso de Amalia es recoger todo lo que es sensible de necesitar una madre.
Y eso dentro de su universo quiere decir cualquier cosa que esté sola.
Léase plantas, léase gatos, léase animales sueltos, léase personas, léase indigentes.
Es todo, cualquier cosa sirve para madrear en el mundo de Amalia.
Pues ese mundo de Amalia en el que ella madrea constantemente
es el que Alejandro Palomas cierra, aunque ya veremos que no del todo,
con la novela que completa la tetralogía que ha dedicado a su madre.
O lo que es lo mismo a este personaje de ficción que tiene mucho que ver con su madre en la vida real.
Lo mismo que Fer, el narrador de las cuatro novelas, tiene también bastante que ver con él mismo.
Porque su vida, su entorno más cercano, el de su familia y la de sus personajes corren de forma paralela.
Una vida, la novela con la que cierra la serie protagonizada por Amalia,
es la primera que escribe y publica tras la muerte de su madre, que se produjo en marzo de 2021.
Y tiene bastante relación, la verdad es que la tiene toda con ese hecho,
con los sentimientos y situaciones familiares que han formado parte de su vida
desde que ella, su madre en la vida real, se fue de este mundo, aunque no de su imaginario y de su día a día.
La trama del libro parte precisamente del diagnóstico que le dan a los tres hijos de Amalia
cuando un día la llevan al hospital con lo que parece una simple infección de las muchas por las que ha pasado.
Pero la situación real de su estado de salud, digamos que es algo más complicada que una simple infección.
No, no es una infección, se entra por urgencias, pero lo que en un principio parecía una de tantas infecciones,
porque ella suele tener muchas, es algo con un pronóstico mucho más delicado
y que cambia totalmente la dinámica de la familia en ese momento.
Y a partir de ese momento se reestructura el corpus familiar para cuidar de Amalia,
porque la que necesita a partir de ese momento cuidados es ella.
Entramos en ese momento en el que hay un cambio, y esto se produce en todas las familias y en todas las generaciones,
en que los hijos pasan de ser hijos a hijos cuidadores.
Ese momento en el que tú empiezas a convertirte en el padre de tu madre,
porque ella se convierte en una mujer dependiente,
y es como una trinchera que cuesta mucho de salvar,
porque ni los padres quieren dejar de ser padres, ni los hijos queremos dejar de ser hijos.
Entonces ahí hay como una lucha a ver quién mantiene la posición,
al final ninguno de los dos puede mantener la posición, porque la vida puede más que nosotros.
La vida puede más que nosotros, y podemos añadir que impone sus propias leyes.
Y la de la finitud es una de las más dolorosas, porque más tarde o más temprano los padres desaparecen.
En el caso de Fer, el más pequeño, el ojito derecho de Amalia,
y de sus hermanas Silvia, la mayor, el cerebro frío de la familia, y Emma, la conciliadora,
tienen que afrontar un hecho para el que no se habían preparado.
Así que tienen que aprender a despedirse de su madre,
esa mujer que pasados los 60 años y tras un divorcio descubrió que la vida tenía color,
tenía muchos más colores de los que ella llegó a ver nunca en su gris matrimonio.
Y su alegría de vivir, a veces demasiado alocadamente, se había colado en sus vidas,
como una parte importante de la existencia de ellos tres, de los tres hermanos.
Pero antes de despedirse de ella, tienen que gestionar una situación que seguro que le suena a muchos,
la que deriva de los cuidados a los mayores, a nuestros mayores, a nuestros padres,
en su caso, al pilar de la familia, a su madre.
Esa situación en la que los roles se invierten,
los padres pasan a ser cuidadores como si fuesen hijos,
y los padres pasan a ser los padres.