Álvaro Soláns (Grupo Pikolín) - Los que dejarán huella

¿Cada cuánto cambia de colchón el presidente de Picolín? Pues no te lo vas a creer, pero queda muy poco tiempo.

Cuando vas a un hotel, en uno de esos viajes que tanto te gusta hacer, ¿miras la marca del colchón? Siempre.

¿Y al presidente de Picolín qué le quita el sueño? Pues cosas buenas, también.

El grupo Picolín ha hecho de la cama el lugar donde el mundo se reinicia.

Y si no, que se lo digan a Álvaro Solán, su presidente.

Para él, el descanso no es sólo una necesidad, es casi una filosofía de vida.

Aunque eso sí, lo suyo no es precisamente estar tumbado.

Le mueve la curiosidad, los viajes, el deporte, su familia...

Y una empresa que, con más de 75 años de historia, sigue muy despierta.

En este episodio de Los que dejarán huella, hablamos con él de todo eso que pasa en una cama.

¿Qué tal, Álvaro? Muy bien, María.

¿Estás bien? ¿Primera vez en la Torre, me has dicho? Primera vez en la Torre y un placer.

Encantado de estar aquí, en el piso 50, en el techo de Madrid.

Hablamos con aquellas personas que están llamadas a seguir con el legado de su empresa familiar, a continuar el proyecto, para que nos cuenten, compartan con nosotros esa idea de futuro, cómo lo ven y cómo lo van a llevar a cabo.

Por eso lo llamamos Los que dejarán huella.

Pero tú ya estás dejando huella, Álvaro, porque tú ya eres presidente.

¿Desde 2023, concretamente? Desde el 28 de marzo de 2023.

Hace nada, has hecho tu aniversario, lo has celebrado.

Así es, pues no.

De hecho, ni me había enterado de que lleva justo un poco más de dos años.

El tiempo pasa rápido y, de hecho, una de las cosas que pensaba, yo llevo en la compañía muchos años y con labores de bastante responsabilidad, y yo pensaba que el nombramiento de presidente no me iba a cambiar tanto la vida.

Y sí.

Y sí lo ha hecho.

Y me ha cambiado.

Se ha cambiado la vida.

¿Cómo te ha cambiado la vida? Pues fíjate, parece una tontería porque, en el fondo, hago más o menos lo mismo.

Porque ya en nuestro periodo de sucesión, que es uno de los elementos críticos de cualquier empresa familiar, en nuestro caso lo planificamos con mucho tiempo, con mucha antelación.

Que fue un poco lo contrario que le pasó a mi padre.

O sea, mi padre, mi abuelo, falleció de manera repentina con 73 años y no hubo esa planificación.

De hecho, mi padre tuvo una época fuera de la compañía, volvió, y a los pocos meses de volver, falleció.

Entonces no hubo planificación ni hubo nada.

Entonces, en nuestro caso, ya se hizo con mucho tiempo.

O sea, ya desde el año 2012, desde que asumí la vicepresidencia, ya empezamos poco a poco, entre mi hermano y yo, cada uno con unas responsabilidades diferentes.

Mi hermano se fue a Asia a llevar el proyecto que tenemos ahí en el sudeste asiático.

Y yo me quedé en España, en Europa, pues impulsando la actividad tanto en Francia como en España.

Y luego desarrollando un nuevo negocio que culminamos en el año 2018 en Brasil.

Y claro, yo pensaba que esto era una formalidad.

Y no, no, no. O sea, la gente hasta me miraba de manera diferente.

O sea, cosas que dices tú, pero si soy el mismo.

Álvaro, ¿qué es lo mejor de ser presidente? Bueno, pues hay cosas buenas también, ¿eh? No solo es un marrón, que eso me lo decía un amigo mío, y dice, joder, Álvaro, ¿te das cuenta del marrón que tienes? No lo sé, a ver, yo creo que es todo tan natural, en nuestro caso por lo menos.

O sea, yo me incorporé a la compañía en el año 2009.

Y yo ya sabía que, o éramos mi hermano, o yo, o los dos, íbamos a continuar con el legado.

Entonces, lo asumes como algo natural.

Lógicamente con muchísima responsabilidad, como no puede ser de otra manera.

Pero también con muchísima ilusión.

Y yo, de hecho, en el momento en el que asumí la presidencia, sentí que era una etapa nueva.

Y casi tenía la sensación de que estaba empezando otra vez.

Porque, sí, o sea, antes habías hecho muchas cosas, te habías involucrado en muchos proyectos, pero siempre tenías la figura de arriba de mi padre para poder mirar y decirle, oye, por aquí, esto, lo otro.

¿Y cómo es Álvaro como presidente? Bueno, a ver, hablar de uno mismo siempre cuesta, ¿no? A mí, yo me sentiría más cómodo si esto lo preguntas a cualquiera de mis colaboradores.

No sé, yo creo que es una persona, fíjate,