
Amor y política: polarización afectiva y relaciones de pareja
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¿Te importaría que tu pareja votase por el partido que menos te gusta? Este artículo aporta evidencia empírica sobre la existencia de procesos de distanciamiento social por razones políticas y cuáles son los factores que permiten explicarlos. La polarización afectiva no solo tiene consecuencias sobre la democracia o las instituciones, también promueve la segregación social y hace que los individuos otorguen mayor importancia a ciertas identidades políticas en situaciones no políticas.
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Bienvenidos a una nueva inmersión. Hoy nos adentramos en un tema que estoy seguro les va a fascinar.
Ya.
La conexión entre el amor y la política aquí en España.
Así.
¿Sabían que sus preferencias políticas podrían influir en a quién encuentran atractivo?
Interesante, ¿verdad?
Acompáñenos a descubrirlo.
Claro que sí.
En este Deep Dive vamos a explorar un estudio publicado en la revista española de sociología
por José Miguel Rojo Martínez, que analiza cómo los factores sociales, incluyendo nuestras
preferencias políticas, pueden afectar nuestra elección de pareja.
Suena intrigante. ¿Y qué nos dice esta investigación?
Pues, uno de los hallazgos más llamativos es el impacto de la polarización afectiva.
Polarización afectiva.
Exacto. No se trata solo de tener diferentes opiniones políticas, sino de sentir una versión
genuina hacia las personas que apoyan a otros partidos.
Espera.
Es como si la política se convirtiera en una cuestión personal.
Es decir, que si me apasiona un partido político, ¿podría inconscientemente rechazar a alguien
que no comparta esa misma pasión?
Exactamente. El estudio encontró que las personas con altos niveles de polarización
afectiva son menos propensas a aceptar una pareja de un partido político diferente.
Increíble. ¿Y cómo midieron algo tan subjetivo como la polarización afectiva?
Utilizaron una herramienta llamada termómetro de sentimientos, donde se les pide a los
participantes que califiquen sus emociones hacia diferentes partidos políticos en una escala.
Ya veo.
Esto les permitió cuantificar la intensidad de la polarización, su impacto en las relaciones personales.
Como si le tomaran la temperatura a la política. Y este fenómeno se observa solo en España.
Aunque el estudio se centra en España, esta dinámica no es exclusiva de nuestro país.
De hecho, el autor menciona una estadística de Estados Unidos. En 2010, casi la mitad de los
republicanos y un tercio de los demócratas se sentirían infelices si su hijo se casara con
alguien del partido contrario.
Es un dato bastante revelador. Y hablando de ejemplos, recuerdo que en Estados Unidos
lanzaron una aplicación de citas llamada The Right Stuff, diseñada para colectar personas
con valores conservadores. Parece que esta tendencia a buscar parejas con ideas afines
no es algo nuevo.
Es cierto. Y lo que me parece fascinante es que el estudio encontró que en España
esta resistencia a las relaciones interpartidistas era incluso mayor que la resistencia a tener
amigos o colegas de diferentes partidos. Es decir, parece que la política juega un papel
aún más importante en nuestras decisiones románticas que en otros ámbitos de la vida social.
Es realmente sorprendente. ¿Hay algún otro detalle del estudio que te haya llamado la atención?
Sí, me llamó mucho la atención la brecha de género que encontraron en las respuestas.
Las mujeres mostraron una mayor resistencia a emparejarse con votantes de partidos de
derecha, especialmente Vox.
Eso es muy interesante. ¿A qué crees que se deba esa diferencia?
El autor sugiere que podría estar relacionado con el auge de la retórica y las políticas
antifeministas de estos partidos. Es posible que las mujeres perciban que estos partidos
no representan sus valores o intereses y esto influye en su decisión de emparejarse con
alguien que los apoya.
Es decir, las decisiones políticas de un partido pueden tener un impacto directo en su atractivo
para las mujeres.
Exactamente. Y esto nos lleva a otro punto crucial, el papel de la identidad territorial
en la elección de pareja. El estudio encontró que las personas con fuertes identidades no
españolas eran menos propensas a aceptar parejas de partidos nacionales, especialmente
de derecha.
Vaya. Parece que la política se entrelaza con la identidad regional, añadiendo otra
capa de complejidad a la hora de buscar pareja.
Así es. Y este hallazgo nos invita a reflexionar sobre cómo la política puede influir en
nuestras vidas personales de formas que quizás ni siquiera imaginamos.
Sin duda, este estudio nos está dando mucho que pensar. Pero antes de continuar, me gustaría
profundizar un poco más en la metodología que utilizaron para analizar todos estos factores.
¿Cómo lograron desenredar la influencia de la polarización afectiva, la identidad
territorial y otras variables?
Buena pregunta. Para abordar esta complejidad, el investigador empleó modelos de regresión
lineal múltiple. Estos modelos estadísticos nos permiten aislar el efecto de cada variable
sobre la actitud hacia una potencial pareja, considerando la influencia simultánea de
las demás.
Es decir, les permite analizar cómo interactúan todos estos factores para determinar nuestras
preferencias.
Exacto. Y en la siguiente parte de nuestra inmersión, exploraremos los resultados de
estos análisis y lo que nos revelan sobre la conexión entre el amor y la política
en España.
No se pierdan la segunda parte de nuestro análisis. Descubriremos más detalles sobre
cómo la política puede influir en nuestras vidas amorosas.
Seguimos explorando el estudio de José Miguel Rojo Martínez. En esta parte, nos adentramos
en el análisis multivariable que realizó para comprender mejor cómo se entrelazan
la polarización afectiva, la identidad territorial y otros factores a la hora de buscar pareja.
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