Ana Scannapieco, Actriz y directora de la obra _La Heladería_ 18-4-2025

Bueno, estamos arrancando nuestro programa, ya hicimos nuestra presentación formal, es Viernes Santo, son pasaditas las cinco de la tarde, por supuesto hoy es una edición especial, pero nosotros acá estamos haciendo conexión en Ecomedios y ya la ven en pantalla, ya mismo te doy la bienvenida a nuestra invitada de lujo, yo había anticipado que íbamos a tener, íbamos a viajar, íbamos a hacer una recorrida por el país, revivir muy lindas notas que hemos hecho en este programa, pero aquí vamos a tener una nota de espectáculos que además tiene que ver con la historia misma de la Ciudad de Buenos Aires y de nuestros inmigrantes y ella es Ana Escanapieco, ¿cómo estás? Hola Ale, ¿cómo estás? Pero bienvenida, uno dice tu apellido, dicen pero este apellido me suena, me suena mucho, heladería y listo, ahí está, ¿es la heladería más antigua de la Ciudad de Buenos Aires? Yo creo que no es la más antigua, es una de las más antiguas seguro, porque bueno mi nono que es el que la fundó en 1938, aprendió con Saverio Manso y creo que la de Saverio sí debe ser una de las primeras heladerías de Buenos Aires, pero sí fueron esos pioneros italianos inmigrantes que en general venían del rubro de la pastelería y que fueron volcándose hacia el rubro de las heladerías, que acá era algo que no existía.

Claro, estamos hablando de hace muchos muchos años, qué visionarios, qué gente laburante, apasionada, ¿no? Venir de tan lejos en tiempos donde la comunicación no permitía estas ventajas, y sin embargo montaron empresas y sobre esas empresas criaron a su familia. Sí, la verdad que hay algo que es muy fuerte, yo al escribir la obra le hice un montón de entrevistas a mi papá, que de los hijos de Andrés, que es mi nono, es el único que está vivo, mis otros dos tíos lamentablemente ya fallecieron, y mi papá me contaba un montón de anécdotas no muy lejanas, o sea, de su infancia, pero también de su adolescencia, de aún todavía hacer, no sé, me cuenta cada tanto como una comida con porotos y el pan duro que había sobrado, algo del trabajo constante y de que ya de grandes pudieron tener una tranquilidad económica. Sobrado un poquito.

Ana, hiciste bien en introducir esto, porque la verdad es que nos enganchamos rápidamente por el apellido y con el apellido en la heladería, pero todo esto también viene a cuento porque vos sos actriz, sos una mujer del mundo del teatro, y estás además cruzando esta historia tan personal, tan tuya, con el mundo del espectáculo, con una obra de teatro que se llama La heladería, que se puede ver en El paseo a la plaza, que tiene un actor protagónico espectacular como Boyolmi, que es como un dandy porteño, más porteño no hay, y que habla de todo esto, de volver a andar esos caminos que anduvieron tu papá, tus tíos y más atrás en el tiempo tu nono. Total, sí, hay algo de la obra que nos convoca, que siempre charlamos de esto, de los valores o de recuperar, primero algo de hacer lo que a uno le gusta y le apasiona, eso como motor de vida, de seguir ese camino.

La heladería tenía algo que como negocio capitalista, digamos comercial, no funcionaba tan bien en realidad, no daba súper ganancias, sí permitía continuar con el negocio, pero se priorizaba en los 90, por ejemplo eso se cuenta en la obra, en los 90 que un montón de amigos de mi papá y de mis tíos se quedaron sin trabajo, bueno se iban sumando a la heladería no porque era una necesidad del negocio, sino era porque nadie los contrataba y necesitaban trabajar y de golpe ibas a la heladería y había 10 personas grandes mirando un partido de fútbol atrás del mostrador, sin haber nunca servido un helado, entonces te lo servían todo así que se caía, y hay algo de esos valores y de esa lógica de hacer las cosas que nos parece muy necesaria también en el contexto de hoy y que bueno que es también la que más allá de ser una familia, que bueno un negocio familiar con todas las peleas que implique y que conlleva, bueno rescatar también esa manera de hacer esos legados, esos valores, esa nobleza del oficio que yo la relacioné con el teatro independiente, que uno lo hace con una pasión y con unas ganas de que salga bien, porque así tiene que ser.

No necesariamente es un interés económico, muchas veces se rema a contracorriente por elección.