
EL ANILLO ÚNICO - Los Mensajeros de Eriador - Sesión 5 - Dirige Elshele

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EL ANILLO ÚNICO - LOS MENSAJEROS DE ERIADOR:
En esta aventura dirigida por Elshele, conocido como "El Profesor", nuestros protagonistas —un hobbit, dos enanos mellizos, un montaraz y un elfo— se reúnen en la taberna del Pony Pisador, semanas después del ataque de los Nazgûl. Allí, mientras comienzan a conocerse entre ellos, se encuentran con uno de los hijos de Elrond el medio elfo, herido. Este les encomienda una importante misión: deben llevar una serie de cartas escritas de puño y letra por Elrond a varios pueblos de la Tierra Media, situados en diferentes puntos de Eriador.
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Entonces Aulë tomó a los Siete Padres de los Enanos y los puso a descansar en sitios distintos y apartados.
Regresó a Valinor y esperó mientras los largos años se prolongaban.
Como habrían de aparecer en los días del poder de Melkor, Aulë hizo a los Enanos fuertes y resistentes.
Por tanto son duros como la piedra, empeñosos, rápidos en la amistad y en la enemistad, y soportan el trabajo y el hambre y los dolores del cuerpo más que ninguna otra criatura que tenga el don de la palabra.
Vive en largo tiempo, mucho más que los días de los hombres, pero no para siempre.
Se sostuvo en otro tiempo entre los elfos de la Tierra Media que al morir los Enanos volvían a la tierra y a la piedra de que estaban hechos.
Sin embargo no es eso lo que ellos mismos creen.
Porque dicen que Aulë el Hacedor, a quien llaman Mahal, cuida de ellos y los reúne en mandos, en estancias apartadas.
Y que Aulë declaró a los primeros padres que Ilúvatar los consagrará y les dará un lugar entre los hijos cuando llegue el fin.
Tendrán entonces la misión de servir a Aulë y ayudarlo a rehacer a Arda después de la última batalla.
Dicen también que los siete padres de los Enanos retornan para vivir entre los suyos y para ponerse una vez más los nombres antiguos de los que Durin fue el más notable en tiempos posteriores.
Padre del pueblo que más amistad tuvo con los elfos y cuyas mansiones se encontraban en Khazad-dûm.
Y nos encontramos en ese refugio.
Nos encontramos en ese refugio a la tenue luz de las velas, o sea, de las antorchas.
Esa antorcha que ahora mismo está iluminando la pared de ese pasadizo.
La primera persona que ha visto esa imagen ha sido Hruna.
La ves claramente.
Ya has visto antes la imagen de Durin, pero nunca habías visto un logo que lo acompañará.
Pero ahora mismo algo te dice que lo que llevas en el pecho cobra más importancia todavía.
¿Qué piensas cuando ves esa imagen? Pienso en lo que acaba de ocurrir hace apenas unos minutos antes de entrar aquí, en esta gruta.
En cómo ese lobo, cuando estábamos con los montaraces, escogió a Hruno.
Lo protegió como yo misma hago de manera irracional desde que empezó esta aventura.
Pienso en todas las leyendas, en toda nuestra historia.
Me acerco, extendiendo mi rechoncha mano y pasando la yema de los dedos, índice y corazón, sin apenas rozar ese grabado que representa a Durin.
Llevo la mano en mi pecho.
Hruno, ¿estás a mi lado? ¿Quién más estaba con nosotros? Porque recuerdo que había alguien más.
Ailin. Ailin estaba con la antorcha.
Si veo que tardas... Yo me he quedado un poco en la entrada.
Cuando Ailin me ha preguntado qué significaban las runas y no he sabido qué responder, he sentido un poco de... no sé, de una...