La Aparición del niño que tenía frío. Capítulo 44

En la quietud de la noche su aspecto puede confundiros, pues ya no llevan sombreros de ala ancha, ni copa alta, ni van montadas sobre palos de escobo.

Pero hay cosas en la historia que nunca cambian, sus reuniones.

Aquí empieza su particular aquelarre.

Y ahora, ¿las vais a llamar brujas? Un programa de Marta Envid.

Grimonios, hechizos y conjuros de todo llevamos en nuestra faltriquera, pues hay que ir bien preparadas para la vida brujeril.

No es nada sencillo portarlo todo, pues lo más importante es haceros llegar hasta la hoguera de aquelarre los mejores ingredientes.

Solo debéis pasar, pues sois bienvenidos a nuestro bosque, sois bienvenidos a la lumbre de aquelarre.

No sin antes presentar a nuestra querida Sol Blanco Soler, que viene con uno de sus míticos casos.

Nos hará estremecernos hoy, porque nos va a hablar del fantasma o del niño que tenía frío.

Y ya preparada también se encuentra nuestra rockstar Martilla Fontana, que en esta ocasión nos transporta en el tiempo a conocer a todo un clásico Robert Schumann.

Quizá esta vez nos pongamos algo románticas, raro en nosotras, ya que fue considerado de los más importantes compositores del romanticismo musical.

Aunque maldito también lo es un rato.

Y nuestra cuentacuentos preferida Gemma Fontana nos trae uno de aquellos cuentos que forman o que pasan de manera oral de generación en generación.

Pero ello no indica que no porte una buena dosis de terror, estamos deseando escucharlo.

Y en la sección ideas en esta ocasión vamos a conocer muy de cerca a Anita Delgado, la gran majarini de Capultala.

Sabemos que podría ser el título de uno de los cuentos de Gemma Fontana, sacado de las mil y una noches.

Pero la realidad, como nos encanta hacer gala en Aquelarre, supera siempre a la ficción.

Y tampoco puede faltar maestro Juan Ignacio Cuesta, que nos hablará de reflexionar sobre la España vaciada, la cual está llena de enigmas.

Y entre los árboles emerge Radio Trinillova y una dirección que nos habla Marta Envie.

Hablar de fantasma es algo que puede suscitar en nosotros una cierta inquietud.

Pero si esos supuestos fantasmas suelen ser niños o son niños, el tema se torna triste y quizás oscuro.

Pero para hablar de ellos ya tenemos en la hoguera de Aquelarre a nuestra querida Sol Blanco, que nos encanta y nos va a hablar de uno de sus casos más míticos.

Hola Sol, bienvenida a Aquelarre.

Hola, ¿qué tal? Estáis todas encantadas de hablar con vosotros.

Pero tengo que hacerte una matización.

¿Dime? El hecho de que un fantasma sea un niño de oscuro no tiene nada.

Vamos a ver, es como de ternura más que de oscuridad.

Vale, perfecto, perfecto.

Nos encanta que hagas esos matices, porque claro, pero es eso, quizás la tristeza, la melancolía...

No, es decir, los niños nos producen ternura.

Estén vivos o estén muertos, pero en este caso ya veréis como el fantasma de David, que se llamaba David, pues está lleno de ternura y que tiene la historia un final bastante asombroso.

Por eso os lo he traído.

Qué interesante. Bueno, pero antes, Sol, de que nos empieces a contar este caso tan interesante, tenemos a Martillo Fontana y a Gemma Fontana aquí en la hoguera.

Hola, encantada de que estéis todas por ahí.

Hola, Sol.

Encantada de estar con vosotras.

Pues nada, un placer escucharte, Sol.

Y bueno, ¿cómo se inicia este caso? ¿Cómo os llega? Bueno, veráis, yo creo que me gusta siempre poner a los oyentes en situación.

Contar la historia primera para que comprendáis por qué nos llamaron.

Entonces, vamos a ver, situaros en un momento determinado.

Es una familia que está compuesta por los padres.