Audiosesión de meditación guiada #222

Desde la postura en la que te encuentres, esa postura que elijas, cerramos los ojos, te sugiero que antes de comenzar la práctica de meditación podamos tomar conciencia de este momento, de su expresión aquí y ahora a través de sus diferentes elementos que forman parte de nuestra existencia. Sintamos nuestro cuerpo físico, si hay alguna zona que precise movilizarse, si hay una necesidad, por sutil que sea, pequeña, observemosla.

Observemos de dónde surge ese impulso, si es posible corregirlo tan solo mirando, acogiendo, modificando. Lo mismo sucede con los contenidos mentales, emocionales que pudieran acompañarnos.

Observa en este sentido si hay una cierta inercia en la clase mental desde la práctica y anterior a ella. Y aquí también recuerda que la observación es un elemento necesario que dinamiza la práctica y la hace eficiente. Esa observación en la que vimos no intervenimos.

Esto es fundamental, observar sin implicarnos, como cuando damos cuenta de nuestra reacción, de aquello que acontece sin que precise de un elemento volitivo, de una voluntad que por lo tanto implique control. La observación así nos coloca desde una posición sumamente amable, una posición de descanso. Sin duda son unos efectos balsámicos que experimentamos en el descanso físico, emocional, mental y por lo tanto cognitivo, hormonal, excitivo, anímico.

Nuestro sistema nervioso opera de forma diferente y vemos la atención a ese efecto balsámico en nuestro sistema nervioso donde podemos vivir una cierta sensación de armonía, de reposo, de un ritmo en el que su actividad se desarrolla desde únicamente aquello que se precisa y lo hace sin necesidad de generar respuesta a ningún estímulo estresante.

Cualquier pensamiento que surja donde tal vez te sorprenda ese diálogo que no contabas con él, ese diálogo en el que antes de verte abocada mentalmente a él, te sugiero que solo el parar desde una mirada consciente hace que nos distanciemos.