Audiosesión de meditación guiada #225

Nos preparamos para la siguiente práctica de meditación desde esa mirada que nos permite atender a la actitud que nos acompaña, esa postura en la que cerrando los ojos, quizá todavía, esa inercia en la relación con aquello que llamamos realidad exterior, trate todavía de hacer su impronta, esa inercia en la que tal vez te veas todavía, en esa dinámica mental, en esa rueda en la que ante cualquier estímulo respondemos.

Esta respuesta genera otro impulso, otra actividad y todo ello fruto además de la experiencia en sí que supone esa activación es fruto también de nuestros patrones mentales, de nuestra forma habitual de movernos, de forma egóica, autorreferencial. La práctica de la meditación nos coloca inexorablemente en otro modo de conocernos, un conocimiento que sin duda no es aprendido, no es dado por hecho, que nos acompaña en la práctica esa mirada para dejarnos sorprender, para generar un cambio, una transformación, siempre de una forma más amplia, menos encorsetada, un crecimiento interior que suponga ejercer un estado de consciencia pleno.

Comenzamos la práctica externa atencional desde lo más próximo que dispone nuestro cuerpo físico. Entendamos a su expresión como hay una corriente que llega a nuestro estado de consciencia recibiendo la información que emerge desde el cuerpo. En este sentido procura mantenerte desde la mayor comodidad posible.

Sentamos ese ritmo amable, ese ritmo tranquilo que significa mantener una respiración sin prisa, una respiración que nos da la información también de una forma más cognitiva de darnos cuenta de que no intervenimos, de que no hay control de su cerebro, no lo forzamos, no se puede buscar. Nuestra voluntad para abrir la mirada a una forma diferente de experimentar el presente. Toda práctica de meditación nos conduce a ese modo cognitivo.

La práctica de meditación supone si bien un bálsamo para nuestro sistema nervioso y por supuesto para todo ese entramado fisiológico que genera incluso un modo hormonal de expresión que generan hormonas de la alma.