Baldur von Schirach: el educador del odio

No nacieron monstruos, algunos eran abogados, otros ingenieros, médicos, burócratas, hombres corrientes que desde un estrado, una oficina o un cuartel construyeron la maquinaria del terror. El tercer Reich no solo fue Hitler, fue un engranaje de ideólogos, fanáticos oportunistas y asesinos con traje y corbata. En esta serie de Antena de Historia denudaremos sus vidas, sus ideas y sus crímenes, porque entender cómo operaron es el primer paso para que no se repita.

Los arquitectos del horror No organizó campos de exterminio, no diseñó batallas, su campo de acción era mucho más silencioso y más peligroso las mentes de los jóvenes. Hoy en Antena de Historia hablamos de Baldur von Schirach, el aristócrata ilustrado que se convirtió en el jefe de las juventudes hitlerianas. Un hombre que educó a millones de adolescentes alemanes para la obediencia, la guerra y el fanatismo.

Baldur von Schirach nació en 1907 en Berlín, en una familia de la élite social alemana. Era hijo de un oficial del ejército y una americana descendiente de los primeros colonos del estado de Virginia. Estudió humanidades y se empapó de literatura, arte y filosofía. Un joven culto, refinado, amante de Goethe y de los clásicos. Y sin embargo, a los 18 años ya militaba en el partido nazi. Pronto se convirtió en líder de su rama juvenil.

Para él el arte y la educación no eran fines, sino medios, instrumentos para forjar un nuevo tipo de alemán. En 1931 fue nombrado Reichsjugendführer, es decir, jefe supremo de toda la juventud nazi. Y tras la llegada de Hitler al poder, las juventudes hitlerianas se convirtieron en obligatorias para todos los jóvenes alemanes.

Schirach tenía una idea clara, formar una generación que no pensara, sino que obedeciera, que no cuestionara, sino que creyera, que marchara, cantara, denunciara y muriera por el Führer. Y todo ello sin dudar. Diseñó un sistema de adoctrinamiento intensivo, campamentos paramilitares, marchas, canciones...