
La Base Comanche 2x24 | ¿Qué pasa con la izquierda en Italia?

Description of La Base Comanche 2x24 | ¿Qué pasa con la izquierda en Italia?
Hoy en La Base Comanche Laura Arroyo, Raúl Sánchez Cedillo y Lorenzo Tecleme cuentan lo que pasó en Italia el sábado pasado, cuando decenas de miles de personas manifestaron en Roma por la defensa de Europa. Una movilización ambigua, muy controvertida, a su modo única. Una movilización a la carbonara que nos dice algo del estado de salud de la izquierda italiana. Con la participación de Paolo Gerbaudo, sociólogo de la UCM, y Antonella Bundu, de APS Soms Insorgiamo.
¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1877708
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Puede parecer que no tiene mucho sentido, pero hacer puentes de unión entre un lado y el otro del charco suele ser siempre un buen punto de partida para ampliar análisis y hacerlos a profundidad.
Esta tarde en Mi Perú habrá una movilización gatillada, nunca mejor dicho, por la creciente ola de criminalidad organizada que ha encontrado en el régimen del 23, es decir, en la dictadura de poderes cuyo rostro presidencial es Diné Boloarte, su mejor puerta de entrada.
Porque ha habido inseguridad ciudadana siempre en el Perú, pero nunca de estas dimensiones y estos volúmenes.
Pero sobre todo porque lo que hoy garantiza el régimen que gobierna es la impunidad para esta criminalidad.
Una impunidad que se perpetúa en cada ley de ese congreso sin legitimidad, en ese gobierno que no fue votado para ello, pero también en ese poder mediático que hace de propaganda del gobierno, ese poder judicial que evita que se haga justicia contra los responsables de las víctimas de esta dictadura, ese poder militar que garantiza la represión de quien se moviliza exigiendo justicia y democracia, etc.
Es decir, el crimen organizado es el gobierno.
Y esto en mi país se tiene muy claro, las cifras lo evidencian.
Se preguntarán ustedes por qué hablo de Perú en un episodio en el que hablaremos de Italia.
Bueno, porque como decía, los puentes de unión a veces son muy evidentes.
Esta tarde se marcha en Perú, pese a que algunos artistas que son víctimas directas de la ola de criminalidad, algunos influencers y por supuesto algunos periodistas que hacen propaganda disimulada o explícita del régimen, han salido a decir que no marcharán y piden que no se marche porque, ojo con el argumento, se está politizando la movilización.
Es verdad que ninguna movilización está privada del factor político, es muy fácil arengar estamos contra la violencia, pero eso es cáscara vacía si no se señala quiénes avalan la violencia o incluso quienes la ejecutan.
En Perú, sin embargo, esta intención de despolitizar la bandera de lucha de la movilización de hoy ha sido respondido con rotundidad por un pueblo que lleva movilizado por la democracia hace ya más de dos años.
En Italia, la semana pasada vimos una movilización notoria, significativa, cuantiosa, si queremos, pero es curiosa su ambigüedad política, que es lo que llama precisamente la atención.
O mejor dicho, en tiempos de régimen de guerra, de sinonimia entre europeísmo y discurso militar, esa ambigüedad espanta.
El sábado 15 de marzo, tras la publicación de un artículo en el medio de comunicación italiano República llamando a la movilización tras los movimientos de Donald Trump, cito, atacando los valores europeos, 50.000 personas aproximadamente se concentraron en la piazza del Pópolo.
Vimos ahí partidos de centro izquierda, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanía italiana.
Suena bien, ¿verdad? Pero una concentración, como decíamos, siempre toma partido, es decir, es política.
Como bien señalaba la columna en que se invitaba a la movilización, la intención de fondo era manifestarse en defensa de Europa.
Pero ¿qué es defender Europa y sus valores? Según la congregación italiana del pasado sábado, esto bien puede ser una amalgama de posturas, algunas abiertamente contradictorias, como la de arengar por la paz, a la par que defender el plan de rearme europeo.
Esa es la trampa de la despolitización de los escenarios, que nos busca hacer creer que se puede plantear un encuentro entre posturas antagónicas señalando que de fondo existe un objetivo común, algo que no es cierto.
La falacia es evidente, pero en la falacia está el truco, porque para comenzar plantea a Europa como un espacio sin disputa y sus valores como obviedad que no están siendo fracturados día y día también desde hace mucho y sobre todo, ojo con esto, antes de la llegada, la segunda llegada de Donald Trump a Casa Blanca.
Es incluso que la invasión rusa en Ucrania, y por cierto, por nada más y nada menos que por los mismos gobiernos europeos.
Yo me pregunto, ¿es un valor europeo el de la austeridad para los pueblos y rescates para los bancos o las élites económicas? Porque eso es lo que vimos tras la crisis en 2008.
¿Es un valor europeo subyugar la voluntad de un pueblo para aplicar sin legitimidad políticas de ajuste económico que privilegie la deuda en lugar de la garantía de derechos para la gente? Porque eso se hizo con Grecia tras la victoria de Alexis Tsipras en 2015.
¿Es un valor europeo la represión de las expresiones de impugnación popular, pero también de solidaridad con los pueblos que resisten opresiones múltiples? Porque eso es lo que hemos visto día sí y día también en Italia o Francia, por ejemplo, contra las expresiones de solidaridad con el pueblo palestino que sufre un genocidio.
¿Es un valor europeo aplicar políticas antiderechos humanos como se hace con la política de fronteras en Europa y que endurecen con cada nueva Comisión Europea, ocasionando así miles de muertes en las costas y múltiples ejercicios de racismo institucional dentro de las fronteras que atentan contra la vida de los migrantes? ¿Finalmente, es un valor europeo la subordinación a un imperio externo como es Estados Unidos? Porque la OTAN es precisamente la institución colonial militarista de este imperio que hoy está en peligro.