El Beato Lolo. Ep. 27: Testimonio de Auxi Rueda

El Beato Lolo. Testimonios sobre un periodista que quiso ser santo.
Episodio 27.
Saludos a todos. Mi nombre es Auxi Rueda, soy periodista y desde hace 21 años ejerzo
como directora de comunicación en la diócesis de Ávila. En mi trabajo, pues, gestiono toda
la información de la diócesis a nivel interno y externo, suelo atender las peticiones de
los periodistas sobre cuestiones de iglesia, me encargo, cómo no, de difundir las noticias
entre toda la población, gestiono las redes sociales y, además, dirijo y presento dos
programas locales en la cadena COPE relacionados también con la actualidad de la diócesis.
Desde luego, trabajo, como veis, no me falta.
Conocer la figura del Beato Lolo supuso para mí un regalo. Desde luego es un regalo porque
es un estímulo para mi día a día como periodista. Escuché hablar de él por primera
vez en una asamblea de delegados de comunicación a la que nos había convocado la conferencia
episcopal. Nos dieron una pequeña estampita con una oración suya y quedé prendada de
sus palabras. Así que empecé a investigar un poco más sobre su vida y en ese momento
en el que yo tenía unas circunstancias familiares un poco difíciles por una enfermedad, la
alegría que desprendía Lolo fue como un bálsamo para mí y una nueva manera de saber
enfrentarme al dolor con una actitud diferente, sobre todo con una sonrisa pese a todas las
dificultades.
Como periodista Lolo es para mí un espejo donde quiero mirarme cada mañana. Siempre
digo que quienes nos dedicamos a la comunicación dentro de la Iglesia tenemos el mejor trabajo
del mundo porque damos a conocer la mejor noticia del mundo. Y Lolo era eso, era fuerza,
carácter, entrega... Y yo quiero ser así, aunque a veces me cuesta. De hecho, hace poco
tuve una crisis de vocación, no cristiana, sino profesional, porque la vida es eso, crisis
que nos ayuda a mirarnos por dentro para reconducir nuestro camino. Y en ese reconducir quien ha
guiado mis pasos de nuevo ha sido él, ha sido Lolo. Porque por encima de todo, por encima
de la dificultad, de la enfermedad, de la incomprensión, estaba su deseo de compartir, de comunicar
y de amar con cada palabra.
¿Qué importante es tener en la vida referentes que guíen tus pasos?
Lolo es mi influencer de cabecera, si se puede decir así. Tengo que confesar que junto a
mi ordenador, entre todos los trastos de mi mesa, tengo siempre delante el decálogo del
periodista que él escribió. Y en momentos de dificultad, de dudas, al enfrentarme a
ciertas situaciones que puedan ser un tanto delicadas en mi día a día, repaso cada uno
de sus consejos. Y especialmente motivador para mí es el tercero de ellos. Cuando escribas,
lo has de hacer de rodillas para amar, sentado para juzgar, erguido y poderoso para combatir
y para sembrar. Ahí es nada.
El legado del Beato Manuel Lozano, de Lolo, es toda una declaración de intenciones, de
cómo debe ser el periodismo de verdad. El que no se mancha las manos por intereses de
ningún tipo, el que sólo quiere servir al bien común y el que levanta la voz para
denunciar injusticias. Pero sobre todo, el que no genera crispación ni levanta muros
entre personas. Nuestro patrón, San Francisco de Sales, siempre decía que se consigue mucho
más con dos gotas de miel que con dos tinajas de vinagre. Esa ha sido siempre también la
actitud de Lolo. Él nos brinda la posibilidad de darnos cuenta de cuánto bien se puede hacer
cuando lo que hacemos, lo que escribimos, lo que contamos, se pone al servicio de la
verdad y de las causas más nobles.