Bernard Hinault consigue derrotar a la París-Roubaix en 1981

Bienvenidos a Todos y Todas, soy David Gómez y esto es Ciclismo de ayer y de hoy, un podcast que habla de ciclismo sin filtros.

Esta semana he querido aprovechar la celebración de la Paris-Roubaix para recordar una de las ediciones que está en la memoria de todos cuando se habla de la prueba.

Y no es otra que la edición de 1981.

Retirado de Imerse hace 3 años, un nuevo corredor había cogido su relevo en cuanto a grandes vueltas y ese era Bernard Hinault.

Pero como gran corredor, tenía ganas de conseguir la victoria en otras grandes carreras que se podían poner a su alcance.

No es que la Paris-Roubaix fuera una de las carreras favoritas de Hinault, al contrario, pero tenía una misión en la carrera y era romper la racha negativa de victorias de corredores franceses en la prueba.

Desde 1956, cuando Lucien Bobet consiguió la victoria, ningún otro francés lo había logrado.

Y eso son muchos años para una carrera en territorio francés sin victorias francesas.

La verdad es que te lo pones a pensar y dices, menuda carrera hemos inventado, parece que la haya cargado el diablo.

Lo intentó en 1978, hizo décimo tercero.

En 1979, un décimo.

En 1980, cuarto.

Cada vez iba mejorando su resultado, parecía que en 1981 era el año señalado para su victoria.

También hay que pensar que Hinault era un corredor que se picaba con facilidad, sobre todo con las cosas que quería conseguir y no podía conseguir, le gustara o no la carrera que tenía que ganar.

Algunos también apuntaban a su recuerdo del último abandono que tuvo en el Tour de Francia del año anterior y que se debió a una tendinitis que según parece se la provocó en una de las etapas que tenía tramos de pavé y eso le dio mucha rabia y fue como un reto para él.

Tampoco nos podemos olvidar que comenzaría la carrera con el mayor decampeón del mundo, que se había logrado en uno de los mundiales más duros que se recuerdan celebrado en Salses.

Eso aún le daba más autoridad y fuerza para lograr su objetivo.

Y para acabar esta pequeña presentación, una cosa que podría hacer que todo se viniera abajo es que Hinault tenía otra cosa importante en la cabeza, Martínez, estaba esperando su segundo hijo para la Semana Santa de 1981, el día de la carrera para asegurarse de estar al corriente de todo lo que acontecía, el líder de Renault acordó con el veterano periodista radiofónico Jean Paul Bruchon que a Martina se le facilitara un número de teléfono con línea directa con la oficina de Bruchon.

Si se ponía de parto, telefonarían a dicha oficina donde avisarían por radio a Bruchon quien estaría en la cabeza de carrera con su motocicleta e informaría a Hinault.

Al final, Alexandre, para suerte de Hinault, llegaría 48 horas después porque ya me veo a Hinault dejándola a Paris-Roubaix para irse a ver a su retoño.

Estamos en el día de la carrera, era un 12 de abril de 1981, salida en Compiègne, llegada en el velodromo de Roubaix, 263 kilómetros de recorrido, 53 condos de pavé y se cuenta que habían 35 tramos de pavé, 180 participantes y podríamos decir que estaba la flor y la nata del momento.

No se puede decir que Hinault lo tuviera fácil por nómina y veremos que tampoco por incidentes de carrera.

Vamos a nombrar algunos de los más importantes, ya os avanzo que casi todos cumplieron con su papel de favorito.

Comenzaríamos con Roger de Vlaiming, ganador de la prueba en 1972-74, 75-77, solo un DNF en 1980, sin bajar del séptimo puesto.

Francesco Moser, ganó las tres ediciones anteriores, 78, 79 y 80.

Marc de Meyer, ganador de la carrera en 1976 y siempre en el top cuando corría la prueba.

Heimlich Krupper, top en las últimas ediciones y tercero en 1979.

Bosch de Wolf, corredor muy prometedor, último ganador de Lombardía y con dos top 10 en dos participaciones en Roubaix.

Freddie Martens, podio en 1977, top 7 siempre que acabó la carrera.

Sin Kelly, era su primera participación en la prueba, pero su participación en las piedras de 1980 había sido muy buena.

Se esperaba mucho, no inventó nada.