BIENVENIDOS AL NORTE ASTURIAS (88.70) - ENTREVISTA PACO BOTAS

Vamos con un invitado muy especial, que tenemos la suerte de tener en los estudios.

Muy buena gente.

Un hombre que tiene una trayectoria tan larga que no sé si nos va a entrar en el programa.

Vamos a tener que comprimirla, porque ya verán como muchos de ustedes saben de quién estamos hablando a medida que vayamos desgranando un poco su historia.

Estoy hablando de Francisco Botas González Villamil, pero todo el mundo le conoce por Paco Botas.

Paco Botas es un hombre que nació en Oviedo y que ha desarrollado una experiencia profesional enorme a lo largo de estos años.

Paco Botas, bienvenido al Norte. Buenos días.

Buenos días, ¿cómo estamos? Gracias por estar con nosotros en directo.

Gracias a vosotros por llamarme.

Además, Paco es un hombre que, con todo lo que ha estado moviéndose por el mundo, pues a veces es difícil encontrarle aquí en Asturias.

Muchas veces estamos localizándole por tierras y sobre todo por Canarias, que últimamente ha sido uno de los centros neurálgicos donde ha desarrollado su carrera.

Pero yo quiero empezar un poco desde el principio, Paco.

Porque tú has tenido una relación con la gastronomía en Asturias muy importante.

Cuéntanos cómo surge tu amor por la cocina y por la restauración.

Cuéntanos un poco esos orígenes. A ver, ¿a dónde tenemos que retrotraernos? A ver, cuéntanos.

Bueno, la verdad es que esto fue un poco una idea de mi padre más que mía.

Yo nunca pensé en dedicarme. Siempre me gustó la cocina.

En casa mamá cocinaba muy bien, yo siempre he cocinado.

Y a partir de ahí yo quería estudiar otra cosa completamente diferente.

Iba a ser piloto de cazas, o por lo menos piloto militar.

¿Piloto militar? Sí. Y mi padre, que tenía una cabeza mucho más amueblada que la mía, me dijo, Paco, eso de que te manden porque sí, va a ser complicado.

¿Por qué no haces esta otra cosa? Como yo al jefe le hacía bastante caso, pues entonces optamos por probar.

Y de ahí surgió todo. La verdad es que nace de eso.

Nace un poco de la idea de mi padre de montar un restante con el tiempo después de haberme preparado.

Y de ahí viene toda esta trayectoria.

Tu primer ensayo fue en un garaje.

Sí, bueno.

No, pero en un garaje acondicionado, entendámonos.

El primer restante que monto lo monto en un chalé.

Y con la ayuda de muchos amigos, de familia, de todos, todos me echaron una mano muy importante.

Pintaron entre todos, hicimos cartas entre todos.

Fue una cosa como de toda la pandilla de amigos de parte de ella, y por supuesto de mis padres, y de mi novia en aquel momento, de Noe, que fue la que estuvo ahí conmigo desde el principio y me ayudó muchísimo.

Pero recuérdale a la gente porque… Y lo del garaje.

Recuérdale a la gente dónde estaba, porque la gente seguro que se acuerda.

Bueno, estaba en Santa Nada Bully.

Estaba en un pueblecito aquí al lado de Oviedo, en Santa Nada Bully, y era un chalé que habíamos alquilado, que ya había sido restante en su momento, lo habían cerrado, y en el garaje del chalé es donde estaba montada la cocina.

Y entonces ahí es donde estaba la primera cocina donde trabajé propia, el primer sitio donde trabajé propio.

Yo tuve la suerte de ir a ese restaurante, Paco, no sé si te acordarás.

No me lo he acordado.

Está ahí en la nota todavía.

Tenemos algo pendiente por ahí, me parece.

Y realmente… Sí, bueno, nada, lo que pasa es que yo creo que prescribió… Olvidáosete, eh.

No había sido una invitación.

Bueno, vamos a hacerlo al 50%.

Qué tontería, ¿no? Bueno, fuera de bromas, era un sitio donde yo fui alguna vez, además con las pandillas de los amigos, y se comía ya francamente bien.

O sea, que para ser la primera experiencia no iba mal encaminada la cosa.

Bueno, la verdad es que tuvimos mucha suerte desde el principio porque nos vino a ver mucha gente, mucho amigo, mucho conocido, entonces estábamos todos… Estaba todo el mundo muy contento.

Todavía tenemos gente, tenemos gente.

Yo estaba preocupado porque solo veía conocidos y amigos, no veía clientes.

Entonces eso me tenía muy agobiado.

Y me acuerdo un día con Noe, que estábamos hablando por la noche después del servicio y le dije… ¿Qué te pasa? Le dije, estoy contento, joder.

He visto tres mesas repetidoras y no son amigos.

Y ahí empecé a tranquilizarme un poco.

Bueno, a ver si iban a ser enemigos.

No, no lo eran, no lo eran.