El Blip: cuando la IA se fue al búnker y la ética al carajo

Muy buenos días, humano. Domingo 18. Hay y ha hoy. Bienvenido a tu podcast.

Hoy la cosa viene cargada, para variar. Hablaremos de bunkers, de guerras civiles, de blip, el parpadeo que marcó tu futuro, de rapidez y seguridad, dos términos que no se acaban de entender. También del próximo premio Nobel, de los negocios de Trump, los de Max, de Spotify y de la sociología de la IA. Pero sobre todo haremos un homenaje a la extensión que confirma la regla.

Sabes lo que pensamos aquí de los políticos. No son malos, son peores. No nos los creemos, no nos fiamos, incluso nos dan repelús. Y además no dejan de darnos razones. Y lo de los partidos ya es de guasa. Pues esta semana hemos perdido el único que no cuadraba con el estándar actual de político y que llegó a ser presidente. El humano Pepe Mujica.

Encaramos.

Una vez que estemos todos dentro del búnker, comenzó Ilías Asquiba. Disculpe, interrumpió un investigador de OpenAI. ¿El búnker? Definitivamente construiremos un búnker antes de lanzar la IA, respondió Sasquiba. Una tecnología tan poderosa, sin duda se convertirá en un objeto de intenso deseo para los gobiernos de todo el mundo. Los científicos clave, que trabajan en la tecnología, tendrían que estar protegidos. Por supuesto, la decisión de entrar o no al búnker será opcional.

Hace un año, a Sasquiba, ya la idea de esta inminente transformación de la civilización le quitaba el sueño. ¿Cómo sería el mundo cuando surgiera una AI suprema y superara a la humanidad? ¿Y qué responsabilidad tenía OpenAI de garantizar un estado final de prosperidad extraordinaria y no de sufrimiento extraordinario? Por aquel entonces, en OpenAI, él todavía intentaba inspirar a los empleados a construir una pluralidad de IAs que amen a la humanidad.

Pero ya estaba preocupado por el rumbo que Allman estaba tomando en la empresa. Sasquiba y Murati, entonces directora de tecnología de OpenAI, se dirigieron a sus compañeros de la junta directiva y propusieron destituir al director ejecutivo. Allman, por lo visto, intentaba eludir los procesos de seguridad por conveniencia, aparte de mentir y crear mal ambiente entre el personal, aumentando disputas internas.

Incluso la estructura legal de OpenAI Startup Found, un vehículo de negociación que debía de estar bajo la dirección de la empresa, no te lo vas a creer, era propiedad de Allman.

Ya se estaba montando el chiringuito.

No creo que Sam sea quien debería estar al mando de la AI, dijo Sasquiba. No me siento cómoda con que Sam nos guíe hacia la AI, dijo Murati. ¿Y qué? ¿Provocaron una hecatombe? ¿El Big Bang? ¿La guerra? Pues no, se quedó en un parpadeo. Es el... el blip. Es como conocen en OpenAI al episodio, la ida y vuelta del CEO mundial.

Un terremoto corporativo comprimido en 96 horas. El nombre tiene guasa. Suena a pequeño fallo técnico, pero en realidad fue el mayor cisma de poder en la historia reciente de la IA. Durante este breve periodo se puso en duda todo. Liderazgo, seguridad, misión ética, transparencia y hasta la supervivencia de OpenAI.

Y ante la posibilidad de que OpenAI se desmorone,