
Buenos Días Albolote - El Telar de Ana - 07-02-2025

Description of Buenos Días Albolote - El Telar de Ana - 07-02-2025
Seguimos impulsando el comercio de Albolote y para ello nos marchamos a 'El Telar de Ana' , donde Ana Jiménez nos contará lo que ofrece en este mítico negocio que cumple 25 años
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Enhorabuena a Ana del Telar de Ana por esos 25 años apoyando nuestro comercio local y sobre todo ese comercio consolera que sigue manteniéndose, luchando cada día por seguir manteniendo abiertas las puertas de este establecimiento. Ana, buenos días.
Hola, buenos días Belén.
Bueno, felicidades y enhorabuena por esos 25 años.
Muchísimas gracias.
Cuéntanos cómo empiezas y cómo ha ido evolucionando el telar de Ana.
Recuérdanos cuándo empezaste, cómo empezó el telar de Ana y a día de hoy qué es lo que se hace. Cuéntanos esa trayectoria.
Bueno, pues mi trayectoria fue unos comienzos muy difíciles.
Yo trabajaba en una fábrica y decidí un día, de la noche a la mañana, que quería ser empresaria y me metí a buscar un bajo comercial.
Me metí de letra en el banco y quise montar un negocio que en Alborote no había.
Es decir, sin tener ni idea de lo que era este negocio y mis padres me han informado, porque mi padre trabajaba en la agricultura, y decidí dar una vuelta por el pueblo, ver el negocio que no había y ese fue el que yo monté.
Y en mi negocio pues me he ido formando día a día.
No me lo puedo creer, qué luchadora y sobre todo dar un paso adelante de un negocio al que, fíjate, no conocías pero que lo haces tan bien.
¿Y cómo empieza el telar? Cuéntame un poco cómo lo enfocaste.
Bueno, pues yo me informé, como vi que no había ninguna tienda de tejido, pues me puse en contacto con Sabadell, con Terrassa, con Manresa, con Barcelona en concreto.
Y yo fui, antes de ir allí, yo fui contactando por teléfono, yo empecé con retales al peso, al kilo, hace muchos años.
Y claro, pues me costó muchísimo trabajo, pero bueno, yo así empecé.
Y me fui a Barcelona, fui el primer contacto con ellos y me traje balas de tela, que eran por kilo, que por eso tengo en mi tienda un peso para pesarlas, que de hecho no lo he quitado ni lo voy a quitar hasta que no me vaya de aquí.
Y así empezó mi negocio. ¿Qué fue lo que pasó? Que yo al principio tenía muchos retales de tela, de muchísimas variedades.
Luego esas telas tenían algunas rotas, con defectos, pero bueno, yo ya las quitaba y vendía las otras porque te salían bien de precio.
Y luego, pues la gente te iba demandando el negocio.
¿No tiene usted tejidos para esto? No, no tengo, pero mañana se los traigo.
¿No tiene usted tejidos para visillos, para unas cortinas? No, pero mañana se los traigo.
Y así, poquito a poco, pues he metido también hogar y luego todo tipo de arreglos que yo sabía un poquito, pero muy poco.
Podemos decir prácticamente que a mí no me gustaba la costura, que eso es increíble.
Mi madre se tiró una semana sin dormir porque decía, pero ¿cómo se ha metido mi hija en esto si a ella no le gusta la costura?
Y de hecho, pues tengo que darle las gracias desde aquí a una persona que me ayudó, que se llama Carmen, Carmen Martín.
Y me ha ayudado mucho porque yo iba a pedirle consejos, mira cómo hago esto, cómo hago una falda de capa, cómo no sé qué.
Y ella me daba consejos. La primera me la cargué, evidentemente, la rompí porque me quedo más corta de la cuenta.
Y ella me informaba que de hecho todavía me sigue ayudando cuando necesito ayuda voy en busca de Carmen.
Y desde aquí quisiera agradecerle todo ese apoyo que he tenido de ella siempre.
Ana, en los tejidos, por ejemplo, en las telas, ¿se demandaban antes más que ahora? ¿Se compraban más telas antes que ahora?
Sí, mira, antes se compraban más telas porque había muchísimas tiendas de vestidos y valían muy caro algunos.
Pero claro, hoy en día, con esta grande superficie y estas tiendas tan famosas que no voy a nombrar ninguna,
pues los vestidos y las prendas las dan regaladas porque ahí detrás hay un sacrificio de muchas personas que lo hacen y cobran tres duros.
Pues claro, la gente no quiere arreglar la ropa. Yo, gracias a Dios, tengo muchísimos arreglos y tengo muchas clienteras
tanto de arreglos como de cortinas, bisillos, ropa de mesa camilla, cojines, en fin, siempre me vienen a pedir consejos.
Pero es verdad que hoy en día las prendas son tan baratas en las tiendas que la gente prefiere comprar otro vestido en lugar de arreglarlo.
Pero claro, deben de entender que ese arreglo, si yo me tiro dos horas con una prenda, tengo que cobrar 20 euros mínimo más el material.
Oye, Ana…
Y eso tiene muchísimo trabajo.
Claro, pero también es entendible que una prenda que te cuesta en la tienda dos euros, como has dicho, el tejido lógicamente no es el mismo, los acabados no son los mismos.
Y luego también es verdad que cuando te compras o te haces un vestido o un traje a medida, es un traje a medida.