Búnkeres, miedos y realidades: ¿Estamos preparados para el desastre?

Hoy nos vamos a sumergir literalmente bajo tierra, porque en este siglo XXI hay muchas tendencias nuevas, la inteligencia artificial, que sé yo, los precios de la vivienda, pero hay una que no vimos venir, que es la fiebre global por los búnkeres. ¿Nos estamos volviendo locos o es aquello de que los pesimistas no son sino optimistas bien informados? Bueno, pues para analizar todo este fenómeno ha venido Pablo Fuente, que que yo sepa todavía no es propietario de un búnker, pero desde luego sabe todo lo que hay que saber sobre el tema. Pablo, bienvenido de nuevo a Días Extraños. Bien hallado Santi, ¿cómo estás? Muy bien. Búnker todavía no te has comprado, ¿no? No, pero lo que vamos a contar hoy estoy seguro que habrá a mucha gente que le asuste, a otros que les haga gracia y a otros que les haga pensar.

Así que yo creo que esas van a ser algunas de las reacciones después del programa de hoy. Pues si te parece vamos a empezar por lo básico, porque la construcción de búnkeres antaño era cosa de dictadores de repúblicas bananeras, de gente muy paranoica, de prippers o de survivalistas, pero ahora se está convirtiendo en una tendencia global casi casi casi mainstream, casi viral. ¿A qué se debe esto? Bueno, pues es que lo decías muy bien, ha dejado de ser un capricho como muy excéntrico y se ha convertido en una respuesta, algunos dirían racional, otros dirían paranoica, a un mundo cada vez más incierto, de que eso no hay absolutamente ninguna duda.

Vivimos en un mundo, Santi, en el que por un lado todos los eventos extremos relativos al clima. Este año aquí en California, por ejemplo, hemos tenido esos incendios que han devastado mansiones, han devastado absolutamente todo. Conflictos geopolíticos a la orden del día, que los estamos viviendo y todos aquellos que sintonizan con televisión y si lean los periódicos pues estarán a la orden del día de esto. Pandemias, que todavía la tenemos muy recientita, avances tecnológicos desenfrenados. Estamos escuchando mucho sobre los ordenadores cuánticos, la inteligencia artificial y todo eso va alimentando una ansiedad cada vez más colectiva.

Ya ha dejado de ser algo de personas, como decías tú, los preppers, que son gente que se prepara absolutamente para el día más terrible y se está convirtiendo en algo cada vez más común. Te voy a contar cosas que yo, cuando estaba preparando el programa, estaba absolutamente alucinado. Y no es para menos, porque ya te digo que este tipo de cosas que antaño eran como muy marginales, ahora están en auge. Has mencionado varias cosas, varias amenazas o miedos, algunos más reales que otros, desde la inteligencia artificial a las pandemias. Luego están los viejos conocidos como el fantasma nuclear, el fantasma climático. Pero claro, uno ve que el reloj del juicio final cada vez avanza más y se pone a buscar búnker en idealista.

Totalmente. No sé si quieres que le contemos a la gente lo que es ese reloj.

Sí, estaría bien.

Yo creo que hay gente que posiblemente no haya escuchado hablar de él. Tú decías bien, aquí el término americano que se utiliza es el doomsday, como el reloj del día final. Y hace poquito, en febrero de este año, el boletín de los científicos sobre la energía atómica ajustaron ese reloj a 89 segundos de la medianoche.

La gente dirá, ¿esto qué significa? Es la posición más crítica desde la creación de este reloj en 1947 y lo que refleja en teoría es lo próximos que estamos como humanidad a una catástrofe tremenda. ¿Dónde surge esto? Se fundó durante la Guerra Fría y lo que se hizo es se creó para alertar sobre las amenazas nucleares. Hoy en día ha llegado a esos 89 segundos de la medianoche por lo que estábamos hablando, por la inteligencia artificial, por tensiones geopolíticas. Tenemos lo de Ucrania, tenemos Oriente Medio, tenemos escaladas ya incluso retóricas.