--- Cable 41 - Mi relación con Berlín heutzutage ---

Cable número cuarenta y uno mi relación con berlín oit su take recientemente estuve pasando unos días en berlín y sentí que me volvía a enamorar de la ciudad no fue un flechazo de golpe y porrazo sino que ha sido más bien un proceso que se ha iniciado durante el verano un verano en el que como os contaba en el anterior cable estado viendo y viviendo cosas las nuevas en la ciudad nuevas para mí por eso este me parece el momento adecuado para hablar de mi relación con berlín en estos últimos dos años como las oyentes habituales del vodka saben hace poco más de dos años me mudé de berlín a madrid en lo que suponía la mayor apuesta vital que yo había realizado nunca mucho mayor que la mudanza en el sentido contrario que aunque terminaría siendo absolutamente trascendente en mi vida pues la verdad que realice sin ningún tipo de pretensión y de forma bastante inconsciente porque como ya he contado alguna vez siempre pensé que fui a berlín a pasar un par de meses medio año como mucho no esta mudanza muy al contrario era el fruto de un plan muy consciente que se había larvado durante años y cuyo motivo principal era volver a vivir en la misma ciudad que mi pareja y tener hijas juntas así como el último mes en berlín fue maravilloso septiembre de dos mil veintiuno y yo me sentía tranquilo y lleno de momentos en los que sólo sentía gratitud hacia la ciudad y las personas que habían formado parte de mi vida allí las últimas horas fueron absolutamente horribles os voy a leer lo que escribí en mi diario sobre esas últimas horas salí del club del visiones intranquilo sintiendo que el día se acababa y sin saber muy bien qué hacer me dirigí de nuevo la exposición allí el performer hacia un tercer y último pase yo hablé con la mujer que estaba en la entrada encargada de la taquilla y le solté a bocajarro que era mi último día en berlín y que tenía miedo de volver a casa ella no se quiso involucrar mucho y me recomendó ir a algún club yo me fui y mirando a todas partes como buscando a alguien que me salvara fui a cenar a un indio random de los deslice me encontraba muy mal y tenía ese miedo a la noche que sentía cuando era pequeño y me quedaba en casa de un amigo a dormir siempre ve un momento en el que lo que había sido divertido de pronto se sentía si no amenazante extraño pensé en llamar a sonia o ir a algún club pero también sabía que era todo falso que era alargar lo inevitable que mi tiempo en berlín se había acabado y que tenía que irme a casa y afrontarlo cogí una bici y empecé a pedalear con ganas de llorar frustrado también por no ser capaz de hacerlo hasta que a mitad de camino me golpeó una sensación de hiperrealidad percibía los alrededores los edificios los puentes y el spree muy nítidos muy reales pero también como extraños como si fuera la primera vez que los veía sentía que yo ya no pertenecía a la ciudad que ella me lo comunicaba y yo me preguntaba si lo había hecho alguna vez se había sido parte de la ciudad alguna vez todo me parecía irreal salvo ese desgarro que sentía muy de adentro con los ojos ahora ya sí llenos de lágrimas sin poder parar de llorar seguí pedaleando hasta llegar a casa me desnudé escondí la cabeza dentro de la almohada y grité grité y lloré tan alto como podía hasta que como anestesiado me metí en la cama y me dormí lo que yo no sabía cuando escribí sobre ese profundo desgarro es que poco más de dos meses después se quedaría pequeño en comparación con el que me provocaría mi pareja al decirme que se había enamorado de otra persona y que sus sentimientos hacia mí habían cambiado en lo que sería el final de nuestra relación poco después e iniciando así el peor año de mi vida como os podréis imaginar yo