--- Cable 52 - Cinco cosas muy berlinesas (1) ---

Cable número cincuenta y dos cinco cosas muy berlinesas primera parte capota beats dictar un espectáculo que por mucho que insistáis jamás y de haber afirman como una peste de mal gusto unos manchurrones azules se extienden por todas las marquesinas de la red de transporte público de berlín sí es lo que estás pensando son los tres pesados del puto blue man show atacando de nuevo pero no perdón la palabra de nuevo implicaría que ha habido una pausa que vuelven despues de estar un tiempo sin actuar no es el caso no hay descanso ni para ellos ni para nosotros que parecemos estar condenados a ver cómo intentan año tras año que vayamos a ver como tocan instruí mentos de percusión mientras luces y colores y pintura salta por todas partes y lo inunda todo cuando llegué a berlín pensaba que era un espectáculo que estaría en la ciudad días o semanas pero cuan equivocado estaba pasaron los meses pasaron los años y solo el musical interno raison de lichtenberg parecía poder competir con él he visto que este que también me tenía hasta el nabo duró cinco años del dos mil once al dos mil dieciseis una eternidad si me preguntáis pero una nimiedad comparado con los pitufos estos de los cojones que resulta que llevan veinte años dando la tabarra que no cabrones que no que no voy a pagar vuestra entrada premium de noventa y seis noventa y cinco euros john exactas de berlín llevar un pájaro inesperado alteradas vas andando por la calle y de pronto escuchas el característico sonido de un pájaro sí son gaviotas lo he escuchado ya cientos de veces e imagino que viven en berlín por el spree pero aún así no puedo evitar sentir una cierta extrañeza y preguntarme cada vez no es un animal que vive solo en zonas costeras no es un ave marítima o algo de eso creo que por muchos años que pasen nunca me terminaré de acostumbrar a su presencia en la ciudad aunque me guste su sonido hay algo en el hecho de escucharlo en berlín que me resulta profundamente disonante como de peli de ciencia ficción en el que algo no encajara y ese algo fuera la pista definitiva para entender que la pretendida re realidad que vivimos no es tal es todo una gran mentira a punto de resquebrajarse escalofriante un restaurante que echo mucho de menos shao kahn admira que cada vez como menos carne y el rollo carne picada en cualquiera de sus variantes tiende a sentarme mal pero daría mucho mucho dinero por volver a probar aunque sólo fuera una vez más las bulletin del invi doscientos cuatro regentado por una pareja de hombres no especialmente simpáticos alguno dirá que es el encanto del berliner schnauzer este ibis de cuatro mesas tenía una carta mínima de cinco seis platos pero que estaban de muerte especialmente el plato de tres albóndigas ones que había que hacer esfuerzos por terminarse durante años no había visita de amigos que no tuviera su parada reglamentaria en este invid si alguno se recordará recién llegado a berlín corriendo por la prensa órale con la maleta a cuestas para llegar antes de que dejaran de servir porque aunque teóricamente cerraban a las diez a partir de las nueve ya era tirar una moneda al aire que quisieran o no atenderte insisto que lo de la movilidad no era su rasgo más sobresaliente abrieron el dos mil diez aunque yo les conocí en el dos mil catorce porque trabajé brevemente para una empresa que estaba ahí al lado y cerraron en el dos mil dieciocho dejando un hueco en materia de cocina alemana que ningún otro restaurante a cubierto aunque somos muchas las personas a quien nos pilló por sorpresa su cierre y la red está llena de comentarios positivos de lamentos y emojis tristes y críticas que terminaban con un no veo el momento de volver