EL CAFELITO DE JOSEP PEDREROL | ESPECIAL HUGO 'EL LOCO GATTI' | PODCAST COMPLETO

La idea del Cafelito nació hace casi cinco años, casi cinco años. No en el Cafelito ni tan siquiera había un nombre de programa. Era una entrevista tranquila, sincera, en profundidad, con alguien del mundo del fútbol, del mundo del deporte. Hicimos una prueba, fue en junio de 2020, y esa prueba, ese número cero, lo hicimos con el Loco Gatti. Era repasar su trayectoria. No había café, no había una mesa, eran dos sillas, y eso sí, una charla sincera.

Pero aquella entrevista se quedó en un cajón, se quedó guardada, nunca se emitió. Porque nuestra ilusión, mi ilusión, mi esperanza era que el Loco Gatti pudiese algún día venir a este Cafelito.

Pero no ha podido ser. El Loco se nos ha ido. Y creo que merece la pena que recuperemos aquella charla. Charla inédita, una charla que nunca se ha visto ni en televisión ni en redes sociales. Y servirá para que le conozcáis un poquito más. Repito, es una charla de junio de 2020.

Desde entonces han pasado muchas cosas, pero en su vida hay otras que, sin duda, merece la pena conocer.

Os dejo pues con esa charla, con esa entrevista, a nuestro Loco Gatti.

Va por la vida con las zapatillas desabrochadas, los pantalones rotos y la camisa abierta. A pecho descubierto y con la mirada limpia. Así ha afrontado siempre su vida. Lo hace porque tiene el espíritu libre y joven. Gatti sigue siendo futbolista. Se sigue sintiendo futbolista. También es un animal televisivo, un comunicador innato. Para él un plató de televisión es como una cancha de fútbol. Se transforma, se desata, se desinhibe, se abre. Aquí conoceréis al verdadero Gatti. Al Gatti brillante, imprevisible, tímido, sensible, frágil, vulnerable, familiar, entrañable. En definitiva, al Loco. A nuestro Loco.

¿El paso del tiempo? Sí, se siente. ¿Te da miedo el paso del tiempo? Sí, da miedo.

Hay un momento que no te das cuenta. Yo no me das cuenta de nada. Cuando después de jugar al fútbol, sí, te abre un montón de la mente y de recuerdos y uno va perdiendo también esa fortaleza mental que tenía de pibe. Yo mientras jugaba, yo le tenía siempre 20 años. Jugué hasta los 44 y estaba para seguir jugando. Lo que pasa es que Boca no salía campeón. Yo me rompí la rodilla. Seguro que te acuerdas de este momento.

¿Cómo ves el futuro tuyo? Yo lo veo muy claro, te vuelvo a repetir, porque tengo una base de que estoy entero. Y la otra, bueno, que es público, yo quiero terminar mi carrera de partida en Boca, pero si no es así, elegiré y si me elija algún club del fútbol argentino importante, jugaré el último año. Sigo haciendo este deporte, te vuelvo a repetir, porque estoy entero, porque Dios me da una vitalidad y a los 45 años me puedo dar el lujo de esperar seis o siete meses y poder seguir demostrando que soy mejor que un chico de 20 años.

Era guapo ahí. No sé qué me agarró ahora.

Aquí, ese era tu final, era tu último partido. Sí, 44 años tenía. Le puse un año más.

Pero no jugaste más ya. No, no jugué porque no quise, no quise. Tuve muchas propuestas para seguir jugando. Y aparte yo quería ir a River a jugar, quería ir a River a jugar.

Para darle bronca a Boca, no a la gente de Boca, a los que me echaron, que fueron los directivos.

Siempre te echan los directivos, la gente no te echa.