Caminando por la vida - Justicia Social

¡Bienvenidos a Caminando por la Vida! En Informar Radio, Caminando por la Vida, con Francisco Manuel Boza.

Hace ya muchos años, en concreto casi 18, me preguntaron qué era lo más importante de mi vida, y como un resorte contesté que la familia.

Y entonces me repreguntaron y me dijeron, ¿y cuánto tiempo dedicas a la familia cada día? Y, como tantas cosas en la vida, caí en la cuenta que una cosa es lo que pensamos y decimos y otra lo que hacemos, incluso inconscientemente a veces.

¿Qué importante es esto de la coherencia? La falta de coherencia en temas importantes acaba afectando nuestro propio equilibrio mental y psicológico, salvo que seas un cara dura, un pícaro cínico, como el cura que presume de novio o el que se pira a torremolinos a ponerse púo de drogas y mariconeo.

Unos golfos, unos golfos vividores de los que la Iglesia, eso sí, con mucha caridad, debiera desprenderse.

Porque se supone que a lo más importante de nuestra vida es a lo que tenemos que dedicar más tiempo y esfuerzo, y en ese concreto momento de mi vida, cuando me preguntaron eso de qué era lo más importante de mi vida, pues no estaba claro que fuera la familia lo que yo más tiempo y esfuerzo dedicaba.

La lógica es dedicar más tiempo a lo que más aprecia, y el resto del tiempo dedicarlo al resto de cosas de nuestra vida, según la importancia o interés que tenga para nosotros.

La familia requiere tiempo, el trabajo, los negocios, los amigos, las aficiones, el compromiso con nuestras ideas o visiones de la sociedad, con nuestra fe, todo ello requiere tiempo y esfuerzo, y hemos de decidir qué tiempo dedicar a cada uno.

Hoy día todo el mundo está deseando jubilarse, es una conversación muy habitual, tener mucho tiempo libre y viajar, viajar, eso sí, cuanto más lejos mejor.

Si los políticos sacan al debate público la reducción de la jornada laboral es porque saben que ese discurso engancha, y engancha a la mayoría.

Hay gente tan ilusa que piensa que se puede trabajar menos y ganar lo mismo.

Hombre, se puede, pero alguien paga la diferencia.

Ya sabes que no hay nada gratis en esta vida.

Estamos en una sociedad de desganados, de gente sin ambición ni entusiasmo por construir un mejor futuro, o para sí, o para sus hijos, que nada merece la pena, que cualquier esfuerzo es embalde, vivimos frustrados.

Este espíritu hace que nos empobrezcamos, que en España nuestros niveles de productividad sigan siendo bajísimos, que muchos compatriotas solo aspiren a la paguita.

Tenemos un gobierno que para presumir o sacar pecho lo hace del incremento de personas que cobran el ingreso mínimo vital, cuando lo lógico sería lo contrario, presumir de la reducción de personas que cobran ese ingreso mínimo vital porque no lo necesitan, porque han prosperado la vida y han podido sacar adelante sus familias sin la ayuda del Estado.

Este espíritu, si no lo remontamos, acabará primero con nuestra libertad, pero también con nuestra prosperidad y, por supuesto, que acabará colapsando el llamado Estado de Bienestar, y acabará, acabará incluso con las sociedades occidentales tal y como la conocemos.

Pero, querido amigo, ¿quién le pone el cascabel a este gato? En línea actual somos un equipazo de personas que amamos lo que hacemos y estamos deseando transformar el corazón de tu casa, el lugar donde reímos e incluso lloramos conversaciones infinitas, lecturas, aprendizaje, la manera de vivir tu cocina es única.

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