Description of Capítulo 09. Opiniones de la señora Bess
La señorita Campbell y la señora Bess mantienen una jugosa conversación sobre los jóvenes que en las últimas jornadas se unieron a su expedición para avistar el rayo verde.
--------> Este y otros audiolibros en http://audiolibros.fcalzado.es
--------> Feed con todos los capítulos sin la limitación de iVoox a los 20 últimos: http://fcalzado.es/podcast/elrayoverde.xml
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
El rayo verde de julio verne capítulo nueve opiniones de la señora ves el regreso a oban se hizo en silencio la señorita campbell no decía nada los hermanos melvin no se atrevían a hablar sin embargo no era culpa suya si aquella inoportuna nube había aparecido justamente en el momento preciso para absorber el último rayo de sol después de todo no babia que desesperar el buen tiempo tenía que durar unas seis semanas todavía si durante todo el principio de otoño no aparecía alguna vez el horizonte puro y limpio de bromas podrían decir entonces que estaban verdaderamente en desgracia pero era de lamentar haber perdido aquel día admirable ya que el barómetro no parecía dispuesto a conceder otro igual al menos en seguida en efecto durante la noche volvió a señalar variable pero lo que representaba todavía buen tiempo para todo el mundo no podía satisfacer a la señorita campbell al día siguiente ocho de agosto unos pesados nubarrones tapizaban los rayos solares la brisa del mediodía no fue lo suficientemente potente para disipar los al atardecer el cielo se coloreó con todas las tonalidades del iris desde el amarillo cromo al azul ultramar convirtiendo el horizonte en una paleta abigarrada y al ponerse el sol quedó teñido de todos los rayos del espectro solar menos sé que la fantasía supersticiosa de la señorita campbell deseaba ver y esto se repitió al día siguiente y al otro también la calesa volvió a guardarse en la cochera del hotel de qué serviría ir a observar un fenómeno que el estado del cielo hacía imposible las alturas de la isla shell no podían ser más favorables que las playas de oban y lo mejor sería no exponerse a una contrariedad sin estar de más mal humor del que convenía la señorita campbell al llegar la hora del ocaso se limitaba a encerrarse en su cuarto to enfadada contra aquel sol tampoco complaciente se echaba para descansar de sus largas caminatas y soñaba despierta con que con la leyenda del rayo verde era necesario haberlo visto para ver claro en su corazón en el suyo no seguramente pero y en el de los demás as aquel día acompañada de la señora ves elena había encaminado sus pasos hacia las ruinas del castillo de down oli en aquel lugar al pie del viejo muro recubierto de altas y espesas hiedras el panorama que se divisaba en la bahía de oban con los islotes esparcidos por el mar de las hébridas y la gran isla de mull era magnífico pero aun cuando la señorita campbell miraba a lo lejos todo el panorama que se extendía bajo sus ojos lo veía no la distraían antiguos recuerdos en todo caso podemos afirmar que no era la imagen de aristóbulo sur siclos la que se interponía ante sus ojos en verdad aquel joven pegante hubiera sido muy no p fortuna aquel día sobre todo si llegaba a oír los comentarios que la señora vez hacía con toda franqueza sobre su persona no me gusta decía por enésima vez no no me gusta solo piensa en sí mismo que me sentaría su persona en la mansión de williamsburg debe ser del clan de los mac egoístas estoy segura cómo es posible que los señores melvin hayan podido pensar que este vanidoso pudiera llegar a convertirse en su sobrino patrick tampoco pueden sufrirlo igual que yo y ridge entiende de eso vamos a ver señorita campbell de verdad le gusta a usted de quién estás hablando preguntó la joven que no había escuchado nada de lo que le decía la señora ves de qué quiere usted que sea de aquel con quien no debe usted pensar aun cuando sea tan sólo en honor de nuestro clan en qué crees que no debo pensar pues en esta señora aristóbulo sur ciclos que haría mucho mejor en dirigirse al otro lado del tuit a buscar lo que le conviene la señora ves no se mordía la lengua pero era preciso que estuviera muy enfadada para llegar a contradecir a sus dueños aunque fuera en beneficio de su joven ama por otra parte también veía que elena mostraba una completa indiferencia hacia aquel pretendiente pero no podía imaginarse que aquella indiferencia estaba amparada por un sentimiento mucho más más apasionado hacia otra persona pero sin embargo quizá la señora ves sospechó algo cuando la señorita cambell le preguntó si había vuelto a ver en oban al joven que el glengarry