Description of Capítulo 1 | PARTIR
En la década de los 60, las distancias se significaban mayores que las actuales y las diferencias entre los países eran mucho más grandes.
En este primer capítulo las protagonistas nos cuentan cómo fue dejar España y llegar a Bélgica: los preparativos, el viaje, los miedos y sus primeras impresiones.
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Partir un podcast con las voces de las mujeres españolas que emigraron a bélgica en los sesenta realizado porta mal atiendan y la laia bolos capítulo uno partir me llamo carmen sánchez nacido el veintiuno del tres del cuarenta mil novecientos cuarenta y seis en madrid en chamartín en mi green el año mil novecientos sesenta y tres yo encarni luke casado nacido en málaga en mil novecientos cincuenta y tres mis padres emigraron asturias en el cincuenta y nueve después nos vinimos a bélgica el sesenta y cuatro yo me llamo raquel álvarez soy y asturiano voy a hacer setenta y cinco años y vine a bruselas en el año mil novecientos sesenta y dos yo tenía once años cuando mis padres decidieron de venir saberlo porque tenían un primo aquí mi madre y les escribió con tanto maravillas de dónde estaba en bélgica y bueno decidieron de de venirse para bélgica no sabía mi padre no sabía si quiero en donde estaba bélgica europa pregunta la nena al maestro y yo le pregunté al maestro y me enseñó a la carta tengo esa imagen todavía hay delante de mí de la del mapa mundo y aquí está y la capitales bruselas todavía lo estoy viendo tuve que venir porque mi hermana iba a tener un niño entonces mi madre y yo tenemos las dos juntas para venir aquí ayudarla por las vacaciones se fueron unos familiares que tenía que se fueron de vacaciones allá y bueno pues como aquí se ganaba el dinero a la pala que no había más que recoger pues bueno mi madre dijo al en la ya pues ellos me prestaron el dinero para el viaje yo venía pues a visitar y como turista y todo una temporada y entonces me metieron ya me tenía una casa donde cuidar niños para que fuera enviando ir andando y como aquí no me encontraba porque yo aquí yo ahora todas las lágrimas del cuerpo pues me dijeron bueno cuando nos devuelva el dinero te vas y aquí sola pues yo lo había como una aventura y bueno también la idea de que me tenía que acostumbran a comer pollo todos los días habían dicho que en bélgica se podía comer pollo todos los días porque allí en asturias comíamos sabes con chorizo eso sí y pollo y a mí no me gustaba el pollo mucho pero bueno me tendré que acostumbrar y sólo contaba mis amigas mis amigos me preguntaban pero no te va a dar pena ir no nos vamos a ver más me acompañaron hasta donde salimos con la camioneta y todavía tengo esa imagen ellos se quedaban atrás mitos y amigos hace y haciéndome así y yo miraba miraba grave querían guerra risa imagen llevarme la barra siempre conmigo la carretera a ellas fondo de la carretera y haciéndonos a ellos a mi ya no me voy porque yo estaba dentro de la camioneta pero yo a ellos lo veía y esa imagen y la quería llevarme la grabada en mi corazón y la tengo grabada yo salí contenta porque iba hacia la aventura y iba a conocer familia que no conocía primos que no conocía pero también un pensamiento triste es que me iba a vivir todavía más lejos de mis abuelos ya vivía lejos porque estaban en málaga y ahí me iba a ir el doble más lejos y eso es un pensamiento triste que se me quedó toda la vida hasta su muerte yo personalmente no tenía miedo porque para mí era como una aventura de todas maneras yo venía como turista y me volví a los tres meses para mí fue bien pero mi amiga no quería porque decía que era muy lejos el extranjero no sabía hablar y que se habla allí y nena que vas a encontrar y con una aventura yo de un principio estaba muy entusiasmada era toda una aventura también todo y como me iba a venir con mis familiares en coche y como mi pasaporte tardaba tanto porque yo no tenía ni carnet de identidad no tenía da para ello pues ellos se tuvieron que venir porque ten trabajo que y después yo ya recordaba ya no me atrevía ya no estaba tan entusiasmada y ya tenía como mi edicto