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By iVoox Audiolibros El umbral de las brujas 2
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Capítulo 4

Capítulo 4

6/10/2025 · 30:42
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El umbral de las brujas 2 - Capítulo 4

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LUMBRERA 7 Comenzó con una llamada telefónica. Edgar Mendizábal, director de El Cuchillo Films, un fanático de las películas Gore, las mangas japonesas y los muchachitos de 19 años. Yolanda lo conoció cuando trabajaron en plegarias de ultratumba. La crítica los hizo pedazos. La película funcionó en taquilla.

Agárrate, condenada. Te tengo una noticia. Las entrañas del infierno. ¿Te gusta? No sé de qué hablas. La película, pendeja. Ya tengo el dinero. ¿Y quieres que te lo guarde? Quiero que escribas la historia. No que ya tienes la película. Tengo el título y el argumento.

Falta el guión. Es un desmadre trabajar con ideas de otros. Yo mismo lo escribí.

Te vas a cagar de miedo. Ando clavada en mi novela.

Yolanda sacó a relucir su libro para no sonar desesperada. El taller de guión tenía cinco alumnos. Las regalías de las películas apenas alcanzaban para salir de gastos. De los libros, nunca veía un quinto. Te lo avientas de volada. ¿Cuánto? ¿150? Eso me pagaste hace dos años.

No estamos en Hollywood. ¿200? 180. Hecho. En este momento te mando el argumento y el lunes te deposito una parte. Vas a ver, condenada, cuando lo leas. Ya sé. Me voy a cagar de miedo.

Hasta sangre vas a aventar. Por cierto, ¿fuiste a ver a Samuel? La última vez que se vieron, Yolanda mencionó las semanas horribles que llevaba con el maldito tratamiento hormonal. Subió cinco kilos. Le salieron granos hasta en las chichis. A cada rato le entraban bochornos de viejita. Bríncate esas mamadas y aviéntate directo a la inseminación artificial, sugirió Edgar.

Y aprovechó para recomendar a su cuñado, especialista en fertilidad de la clínica Londres. Te lo juro, pinche Yola, ese cabrón es capaz de sacarle chamacos hasta las piedras. Anduve en llamas. No he tenido tiempo para nada. Pues cada vez te queda menos. Gracias por ser mi reloj biológico. Soy un hombre práctico. Pues si quieres ser un hombre con guión, más te vale que la lana esté en mi cuenta para el lunes.

Edgar Mendizábal se despidió con una queja de lo materialista y cabrona que se había vuelto su amiga. Yolanda intentó volver a la novela. Recuerdos de don Augusto se desarrollaba en Veracruz, en los años posteriores a la invasión francesa. Una obra histórica, alejada por completo de sus trabajos anteriores.

La demostración a críticos y lectores de su capacidad para abordar otros géneros. El problema, a cada página algo parecía surgir de la oscuridad. ¿Qué pasaría si un buque fantasma encallara en el puerto? ¿Y si la heroína resultaba ser vampiro? Decidió mandar todo a la chingada. Hormonas, embarazos, novela, guiones, depósitos y, por supuesto, al pendejo de Huicho.

A Yolanda le faltó ánimo para reconocer con Edgar que llevaba tres semanas sin noticias de su novio. La relación siempre fue de altibajos. La neurosis prematernal terminó por hundirlo todo. El sueño de familia sonaba lindo en las pláticas de Netflix, abrazados y calientitos viendo House of Cards. Se amargó cuando la posibilidad amenazó con volverse real.

Yolanda se preguntaba si habría presionado de más. Y de ser así, porque al pendejo de Huicho le faltaron huevos para pararle el alto, como él mismo decía, y reconocer que un hijo no entraba en sus planes. Estaba por cerrar la MacBook cuando recibió el correo con la información del nuevo proyecto. Las entrañas del infierno.

Argumento de Edgar Mendizábal En los noventa, una pareja de hippies viaja a Real de Catorce con la idea de entrar en equilibrio con el cosmos. Vagan juntos por el desierto hasta encontrar un sitio donde los peyotes crecen tan grandes como balones de fútbol.

Después del ritual, se quedan dormidos. Al despertar, sus cuerpos se han vuelto peludos y elásticos debido a que el peyote se encontraba contaminado con desechos radioactivos abandonados en secreto por los Estados Unidos. Veinte años después, la familia vive en las cañerías de la ciudad. Una comisión especial, encabezada por un agente del FBI y un sanguinario judicial, los busca para estudiarlos.

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