El caso del falso taxista violador

CRIMENES Y CRIMINALES con Luis Martín Edvalles Hay una parte positiva. Cuando te adentras en estos casos de crímenes y criminales, esa parte positiva es cuando te quedas un poco descargado del hecho de que a aquellos malvados se les ha atrapado, aunque haya costado un tiempo hacerlo. Pero es como una satisfacción que el malo no se salga con la suya.

Cuántas veces hemos tratado casos en los que los malvados, los asesinos, los violadores se salen con la suya y las víctimas cargan con eso para toda su vida. No solo sufren los que están alrededor sino muchas veces, como es hoy el caso, una víctima de violación se culpa durante toda su vida. De haber tomado quizá una decisión que en ese momento le parecía de lo más vulgar, de lo más cotidiana. Eso es lo que le pasó a Karen. Karen estaba celebrando su cumpleaños 26.

Había pasado una noche muy divertida con sus amigas. Se habían divertido muchísimo. Lo habían pasado en grande, sus mejores amigas y todas juntas celebrando su cumpleaños. Resulta que en el último momento habían estado en el club Coliseum de Luton. Allí habían estado bailando, divirtiéndose, tomando algo. Y llega un momento en que las horas ya se les echan encima y Karen decide irse a casa.

Sale del club, dice que ya empieza a andar, gira a la izquierda, va caminando por esa calle y que allí hay un coche con la ventanilla abierta. Dentro hay un hombre que le pregunta ¿a dónde vamos? Y ella dijo pues a casa. Y decidió llegar a casa en ese taxi. Y esto es lo que además Karen se martiriza a sí misma por el hecho de que se subió a un taxi que era falso. Era un taxi sin licencia.

Ella pensaba que era un taxi oficial y no cayó en ese momento. Se siente culpable por no haberse dado cuenta de ese detalle. Se siente culpable por no haber tenido una especie de radar quizá que lo hubiese advertido del problema. Se siente culpable por haber tomado un taxi cuando estaba más o menos a unos 5 minutos caminando de su casa. Sus palabras son tremendas. Lamento mucho haberme quedado como una perezosa esa noche. Así lo veo.

Me hubiera caminado 5 minutos en lugar de tomar un taxi. No fue hasta que cuando por la siguiente calle debíamos ir recto y él giró a la izquierda que me di cuenta. Lo vi. Algo no iba bien.

Después de unos minutos me empecé a sentir incómoda y él empezó a decir. No tienes ni idea de dónde vamos, ¿verdad? Zorra estúpida. Nunca jamás, dice Karen, nunca jamás piensas que te va a pasar algo así. Su voz cambió. Lo más raro fue cómo me besaba en los labios como si fuera mi novio y recuerdo que sus dientes golpeaban con los míos. Fue muy agresivo y me hizo daño en toda la boca.

Cuando estás en esa situación te concentras en las cosas menos diabólicas que están sucediendo y simplemente entras en modo de supervivencia. Ciertamente. Esto ocurrió hace 26 años desde que se le atrapó al perpetrador, más o menos en 1995. En ese momento las pruebas de ADN no eran tan efectivas como con la experimentación. Se ha avanzado bastante.