Castillón Confidencial jueves 9 octubre 2025

CASTILLÓN CONFIDENCIAL, de Albert Castillón.

Mis seguros patrocinan el editorial de CASTILLÓN CONFIDENCIAL.

Bienvenidos, confidenciales, gracias por seguirnos, por estar ahí y por colaborar desde esta trinchera de libertad en la información veraz y en la libertad de prensa. Aquí estamos, somos un medio alternativo de información diario que combate la corrupción y la malversación de fondos y que intenta aclarar lo que sucede en nuestro país y no nos cuenta.

Y miren, nos llegó una información hace unos pocos días que queríamos corroborar con fuentes de inteligencia y ya tenemos el resultado. Y lo cierto es que esa información es veraz y se la vamos a ofrecer a ustedes. Tiene que ver con la flotilla que fue a Gaza.

Más allá de que fueran en ella varios terroristas confesos y condenados, más allá de que gastaran nuestro dinero público para nada, lo peor de esa flotilla es lo que ni ellos saben que hicieron, que es colaborar con las mafias de la droga en Europa y con el gobierno criminal de Irán. Lo que les cuento está confirmado por fuentes de inteligencia española que desde finales de agosto, mucho antes de que zarparan haciendo lo que deben, investigaron a cada uno de los miembros españoles que iban en la flotilla. Un simple análisis para saber quién era quién.

El seguimiento les llevó a varias personas que eran sospechosas. Dos de ellas concretamente despertaron las alertas porque no les cuadraban ni los nombres ni lo que decían que eran. Esas dos personas eran un tal Javier Moreno, técnico sanitario de 38 años, y una tal Elena Vidal, que supuestamente es fotógrafa. No les cuadraban los datos ni lo que decía su pasaporte de cada uno de ellos. Se comunicó lo que habían descubierto a los ministerios competentes, se hizo el informe preliminar y ahí quedó la cosa hasta que la flotilla zarpó y luego ocurrió lo que les voy a contar.

Desde la patrullera Furor, cuando ya están llegando a Gaza, cuando ya son intervenidos por el ejército israelí, desde la patrullera se capta a través del radar una transmisión de datos anómala. Una señal muy pequeña, 1,7 segundos. Parecía una anomalía técnica sin mayor importancia, parecía un ruido electromagnético provocado por los equipos militares de Israel que intervenían los barcos y subían a ellos. Pero había algo más, algo que no cuadraba, de manera que esa señal se manda al CNI, a la central en Madrid y se analiza concretamente en un laboratorio en Pozuelo de Alarcón y ahí empiezan a ver que esa anomalía había sido diseñada, que no era un ruido de los civiles o de los militares normal entre transmisiones de equipos, sino que alguien había diseñado esa anomalía para que pareciera un ruido electromagnético.

Y que estas técnicas solo las pueden realizar servicios de inteligencia de otros países, no están al alcance de cualquiera estas simulaciones. Además, esa señal contenía datos, contenía datos cifrados. Cuando descubren lo que les cuento, el CNI y el Centro Criptológico Nacional, que han hecho un trabajo brillante, se lo comunican a Europol y a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y les dicen, bueno,