CBP446 La Guerra es una Estafa

La guerra es una estafa. Siempre lo ha sido. Es posiblemente la más vieja, fácilmente la más provechosa, con seguridad la más violenta. Es la única internacional en cuanto a su escala.

Es la única en que los beneficios se calculan en dólares y las pérdidas en vidas.

Hola y bienvenidos a este Casus Belli. Hoy vamos a tomar las palabras de Smedley Darlington Butler, un general del cuerpo de marines que dijo esto y otras cosas muy interesantes pues hace ya, déjame pensar, 90 años, en el año 35. Y es que el general, porque sea su rango, Smedley Darlington Butler fue un oficial, uno de los oficiales más importantes del cuerpo marino en su momento. Fijaros, durante 34 años luchó en la guerra filipino-estadounidense, la revolución de los boxes, la revolución mexicana, la primera guerra mundial y la guerra del plátano, la guerra de la banana.

Llegó a ser el marine más condecorado de la historia militar de los Estados Unidos. Había recibido 16 medallas Leo, incluidas 5 por heroísmo. Ha sido el único marine en recibir la medalla Brevet del cuerpo marine, así como dos medallas de honor, todos por acciones separadas. Y es que Butler fue un general que vio cosas que no le gustaron y al final de su vida, cuando se retiró del cuerpo marine, cuando podía hablar libremente, se convirtió en un crítico abierto de la política extranjera norteamericana y sobre todo las intervenciones militares que, según él, estaban impulsadas principalmente por los intereses comerciales estadounidenses.

Y como digo, hace 90 años, en el año 35, Butler escribió ese libro, La guerra es una estafa, donde argumentaba que las motivaciones imperialistas, lo vamos a ver a lo largo de esta época, habían sido la causa de varias de las intervenciones norteamericanas. Muchas de las cuales él, personalmente, había participado. Recuerdo guerra filipino-norteamericana, bóxer, mexicana, primera guerra mundial, la guerra del plátano, la guerra del banano, en fin. Digamos que fue un máquina. Muriría el 21 de junio del año 40, con lo cual no llegó a haber la participación norteamericanos en la segunda guerra mundial. Y bueno, decir que de este hombre conocí porque Antonio hace años me habló de él.

Si está escuchando ahora me dirá, ah sí, es verdad, yo le comenté este libro. Y hace poco, no sé por qué, preparando un podcast para continuar, no con una saga, sino con esta idea de otra presentación de la guerra, como hemos hecho con la guerra del petróleo o la guerra de la IG Farben, pues estaba buscando información sobre los norteamericanos y me encontré este libro, La guerra es una estafa. Y bueno, le he dicho a Danny, Danny, no puedo investigar sobre este señor. Su libro ya es maravilloso. Y dice, pues mira, Saúl, lo vas a narrar, lo vas a contar, lo vas a leer. Por lo tanto, esto podría ser una locución leída, como muchos artículos que hacemos, muchos podcasts que hacemos, pero en este caso estamos diciéndolo.

Hemos cogido el libro de Butler, La guerra es una estafa, y voy a ponerle voz a este hombre, que evidentemente, pues el amigo Danny me ayudará. Lo que dice os va a sorprender. Y en su momento sorprendió al mismo pueblo norteamericano. La guerra es una estafa. Y según dice una estafa, que está mejor descrita, creo yo, ya pongo palabra a nuestro amigo Butler, como algo que no es lo que le parece a la mayoría de las personas.

Solo un pequeño grupo en el interior conoce de qué se trata. Se lleva a cabo para el beneficio de muy pocos, en detrimento de la mayoría. De la guerra unas cuantas personas hacen grandes fortunas. En la primera guerra mundial, él dice, la guerra mundial, un mero manojo de individuos recogió los beneficios del conflicto.

Al menos 21.000 nuevos millonarios y mil millonarios surgieron en los Estados Unidos durante la guerra mundial, de entre los cuales muchos reconocieron sus gigantescas ganancias manchadas de sangre cuando hicieron sus declaraciones sobre la renta. Nadie sabe cuántos otros millonarios de guerra falsificaron sus declaraciones de impuestos sobre la renta. ¿Cuántos de estos millonarios de guerra empuñaron un fusil? ¿Cuántos de ellos cavaron una trinchera? ¿Cuántos de ellos sabían lo que era pasar hambre en un refugio subterráneo infestado de ratas? ¿Cuántos de ellos pasaron noches en vela, noches con miedo, evitando proyectiles, metrallas y balas de ametralladora? ¿Cuántos de ellos se fendieron del impulso de la bañoneta de la guerra?