Celebración del 501 aniversario de la primera vuelta al mundo en barco
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Navega el navegante aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían. Lectura del poema Monumento al mar, de Vicente Huidobro, con motivo de la celebración del 501 aniversario de la primera vuelta al mundo en barco, a pesar de que la primera ya la había dado Enrique, el esclavo malaco de Magallanes
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Pop poesía navega el navegante aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían el ocho de septiembre del año mil quinientos veintidós se cumplen hoy quinientos uno años ancla en sevilla a los tres años menos doce días de la salida de la expedición el victoria dos días antes el seis de septiembre fue coronado en san lucar de bar ramera cádiz el hecho más grande de la navegación el cano da orden de hacer unas salvas de artillería este será el último mandato de la expedición los mismos cañones solemnizar con el descubrimiento del estrecho de magallanes y el ignoto océano pacífico ellos se elevaron voces de triunfo a la vista del desconocido archipiélago de las filipinas y anunciaron con júbilo atronador el cumplimiento del proyecto de magallanes a su llegada a las islas de las especias ellos se despidieron de los camaradas en indore pero nunca sus férreas voces sonaron con tal diafanidad y júbilo como ahora que propagan este mensaje estamos de vuelta hemos cumplido lo que nadie antes alcanzó somos los primeros hombres de todos los tiempos que han dado la vuelta al mundo solamente el que ha sido contrario sebastián elcano se hace con toda la gloria y la ganancia de los que murieron fieles pero la hazaña de magallanes supera a todas las de su tiempo y significa para nosotros una gloria singular en medio de sus glorias la de no haber inmolado como ocurre la mayor parte de las veces la vida de miles y centenares de miles por su idea sino solamente la propia vida desde que una nave salió del puerto de sevilla hasta que ancló de regreso en el mismo puerto ha probado incontestablemente que la tierra es una esfera giratoria y que todos los mares forman un solo mar continuo del libro magallanes el hombre y su ge esta monumento al mar paz sobre la constelación cantante de las aguas entre cocadas como los hombros de la multitud pasa en el mar a las olas de buena voluntad paz sobre la lápida de los naufragios paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas y si yo soy el traductor de las olas paz también sobre mí he aquí el molde lleno de trisha duras del destino el molde de la venganza con sus frases iracundas despegándose de los labios he aquí el molde lleno de gracia cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas he aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo porque un día nadie se paseará por el tiempo nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos este es el mar este es el mar el mar con sus olas propias con sus propios sentidos el mar tratando de romper sus cadenas queriendo imitar la eternidad queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena o el jardín de los astros que pesan en el cielo sobre las tinieblas que arrastramos o que acaso nos arras strong cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte el mar entra en la carroza de la noche y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos se oye apenas el ruido de las ruedas y el ala de los astros que penan en el cielo este es el mar saludando allá lejos la eternidad este es el mar saludando a los astros olvidados y a las estrellas conocidas este es el mar que se despierta como el llanto de un niño el mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas el mar empujando las olas sus olas que barajan los destinos levántate y saluda el amor de los hombres escuchan nuestras risas y también nuestro llanto escucha los pasos de millones de esclavos escucha la protesta interminable de esa angustia que se llama hombre escucha el dolor milenario de los pechos