
#CGTenAcción250: Desigualdad salarial juvenil; salarios bajos, vivienda cara. Desiderio Martín, GEC CGT 12/02/25

Description of #CGTenAcción250: Desigualdad salarial juvenil; salarios bajos, vivienda cara. Desiderio Martín, GEC CGT 12/02/25
En 2024 el coste promedio de una vivienda se situó en 1.072 euros, cifra que supone un 13,6 % más que en el mismo periodo de 2023 (944 euros mensuales). Es decir, el coste de la vivienda aumentó tres veces más que el salario de las personas jóvenes, lo cual ocasiona que aun y cuando tengan trabajo, se encuentran materialmente impedidas a emanciparse.
Hablamos con Desiderio Martín del Gabinete de Estudios Confederales de CGT.
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
CGT en Acción, el programa de SGT del País Valencia y Murcia, a Radio Clara.
Actualidad sindical y social, feminismo y libertad y memoria histórica, convocatorias, novetades de la distri,
que no envejecen porque la nuestra lluita también está a lesones,
escolta CGT en Acción, cada dimecres, de 10 a 19 horas, a Radio Clara.
104.4 de la frecuencia modulada de Valencia y a las 3 w.radioclara.org.
Cada mes, escolta el nuestro podcast, al canal de iVox de SGT del País Valencia y Murcia,
y a las 3 w.sgtpb.org.
Que no envejecen, escolta CGT en Acción, porque la nuestra lluita también está a lesones.
En 2024, el coste promedio de una vivienda se situó en 1.072 euros,
cifra que supone un 13,6% más que en el mismo periodo del 2023, que era de 944 euros mensuales.
Es decir, el coste de la vivienda aumentó 3 veces más que el salario de las personas jóvenes,
lo cual ocasiona que, aun cuando tengas trabajo, se encuentran materialmente impedidas a emanciparse.
Hoy nos visita el compañero Desiderio Martín, del Gabinete de Estudios Confederales de CGT. Hola, Desi.
Hola, ¿qué tal?
Buenas tardes.
Oye, Desi, el 74,5% de las personas jóvenes siguen viviendo en un hogar familiar.
El 70,5% de hogares de jóvenes se encuentran sobreendeudados.
El 30% de las personas jóvenes en España se encuentran en situación de pobreza o exclusión social, que se dice pronto.
Y 8 de cada 10 jóvenes emancipados comparten vivienda con una media de 3 o 4 personas por el hogar.
Y un 30% de los jóvenes necesitan ayuda económica de sus familiares.
El panorama es desolador. ¿Pero qué solución hay?
Bastante desolador. Yo creo que habría que fijar cuatro puntos esenciales antes de entrar a las estadísticas concretas
y el dolor que eso supone para mucha gente.
Y a mí sí que me gustaría resaltar que la vivienda, la importancia de la vivienda,
es decir, la vivienda condiciona la vida, porque la vivienda es esencial para la continuidad de la vida.
Y además es lo único que permite a las personas tener un control sobre su futuro y adquirir cierta seguridad.
El otro punto, yo creo que es el por qué estamos hablando de este problema que siendo esencial para la vida
el hecho de poder tener un futuro en la vivienda, no es así.
Y nos encontramos con esas estadísticas que son terroríficas, donde sobre todo para la gente joven
no puede llevar a un proyecto emancipador y mucho menos de manera autónoma,
sino que lo tiene que compartir con los datos que daba Isai.
Es decir, hay gente que ha pasado un porcentaje muy importante, 3 y 4,
viven en 3 o 4 sitios antes de poder centrarse en uno.
Gente que está pendiente o que depende de las ayudas familiares
y luego la imposibilidad de dedicarle un razonable tanto por ciento del salario
cuando en ciudades como Madrid, por ejemplo, que es una de las zonas tensionadas,
los jóvenes menores de 35 años tienen que dedicar el 110% de su salario,
el 110% para viviendas de alquiler.
Claro, estamos ante el segundo problema que sí me gustaría reseñar,
que es que la vivienda se ha convertido en una mercancía,
pero no de ahora, sino desde hace mucho tiempo.
La cultura de la propiedad ha transformado la vivienda en una mercancía
priorizando su valor de cambio, es decir, el precio que pagamos sobre su valor de uso,
lo que ha llevado a todo ese aumento de la especulación y el aumento de los precios.
En tercer lugar son las consecuencias sociales, es decir,
esa mercantilización de la vivienda ha generado desahucios,
gentrificación y una brecha de riqueza entre generaciones,
dificultándose el acceso a la vivienda para las personas, sobre todo trabajadoras.
¿Esto qué es? Pues una falta de políticas públicas que no cumplen con el artículo
de la Constitución que dice que todos los españoles y españolas
tenemos derecho a una vivienda digna.
Y que los poderes públicos tienen que generar aquellas políticas
para hacer posible que todos tengamos una vivienda digna.
Claro, la ausencia de políticas públicas efectivas ha exacerbado el problema,
con millones de casas vacías, mientras muchas personas carecen de vivienda.
Los datos son abrumadores.