

Description of Chapeando: Nuevas mentiras y desvaríos
Sobre las nuevas mentiras que se cuentan sobre Cuba y las "locuras" de quienes atentan contra el país trata esta edición de Chapeando.
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Venimos chapeando.
¡Cinco, dos, tres! Chapeando bajito, Bárbara Betancourt.
Desde Cuba y para el mundo, para que no le hagan cuento.
Soy Jaime Eduardo, me sumo al análisis.
¡Tiro! Y Arlín Rodríguez de Rivet.
Venimos chapeando, chapeando bajito, para que ninguna fake news se cuele.
¡A enseñarte nada! Hola, hola, buenísimos días a toda la audiencia y a mis colegas.
Bárbara Betancourt, buenos días.
Muy buenos días para ti, para Reynier, para el colectivo de Reveldi y, por supuesto, muy buenos días para toda la audiencia.
Buenos días, Reynier Eduardo.
Buenos días, Arlín, también.
Bueno, Bárbara y al colectivo de Reveldi y también a la audiencia que nos acompaña.
Bueno, haciendo honor a nuestro, a nuestra, digamos, objetivo fundamental, les propongo empezar por desmentir una fake news.
Y, por cierto, la más reciente que se ha construido sobre un hecho tan triste como real, la muerte de una joven madre y su hija por ingerir sal de nitro, algo de lo que sé que está al tanto de toda la población.
Pero escuchen la versión de una persona que se dedica a la tergiversación y así construye fake news.
Esta es la versión de Mario J. Pentón.
Están diciendo que están investigando, etcétera, etcétera.
Al final, el sustrato del fondo de todo esto de por qué la gente tiene que ir a un mercado informal, a la calle, a buscar una sal de procedencia, todos sabemos cuál es, el desastre y el desabastecimiento que hay en Cuba.
No puedo creer de que la persona que vendió esa sal de nitro supiese que eso era un veneno.
Yo no lo puedo creer, sinceramente.
No puedo creer que haya tan mal corazón.
Ahora mismo, coja el teléfono y llame a amigos, a familiares, a todas las personas que usted tenga cercano de usted y dígale a sus vecinos, dígale, ¿compraste sal? Ten cuidado.
¿Compraste sal? Ten cuidado.
Reynier, te lo dejo.
Bueno, mira, a ver, si estábamos esperando una fake news o noticia falsa de Manuel, ahí apareció el señor Mario J. Pentón.
Por más que él ha querido en los últimos tiempos, lo hemos hablado aquí en este programa, limpiar su imagen de mentiroso o patológico, siempre termina cayendo.
Es decir, es imposible.
Es como el adicto que deja el vicio totalmente.
Mira, para el tipo de periodismo que él hace, al servicio de los peores intereses contra el país donde él nació, hay que convertir cualquier noticia que nos afecte en algo más.
En algo más me refiero a un motivo para la irritación o el pánico que fue el caso de esto que acabamos de escuchar, que tú pones, de este señor, donde él, Mario Pentón, sacó que el tipo, el tío de las víctimas, había comprado la sal de nitro.
Y aquí me quiero detener.
La nota oficial que sale en primera instancia, desde el momento que ocurren los hechos, habla de que, y cito la palabra, adquirió la sal de nitro, que no es comprada, no estaba diciendo que la había comprado, sino que la adquirió en la calle Compostela.
Eso es lo que dice la primera nota.
Se puede buscar, está pública.
Cuando tú buscas el verbo adquirir en el diccionario y buscas los sinónimos del verbo adquirir, en ninguna parte tiene varias acepciones el verbo adquirir.
Pero una de las tantas de las varias acepciones que tiene el verbo adquirir es que está procurarse, coger, tomar, alcanzar, conseguir, lograr.
Pero la que menos se impone es la de comprar.
Entonces, el señor Mario Pentón, si fuera un periodista serio, como él se dice, lo primero es que tiene que saber bien el significado, los sinónimos que tienen los verbos cuando se utilizan determinadas informaciones.
Ya luego, más adelante, se precisó que no era comprada, sino tomada de algún lugar por esa persona que trabajaba en la recogida de materias primas.
Pero este desinformador se vale de un hecho doloroso que conmueva a la sociedad para inducir al pánico.
Y ni siquiera pone en función del hecho, lo que llamamos la atención la semana pasada, cuando se desató el rumor de los niños secuestrados, el sentido común.
Si hubieran estado vendiendo sal de nitro en la calle como sal común, pasándose a pasar por sal común, lo más lógico, lo más obvio, era que hubiera un brote tremendo en toda La Habana de gente intoxicada por sal de nitro, creyendo que era sal común.
Y eso jamás y nunca ocurrió.
Es decir, no llegaron al sistema de guardia de aquí, de urgencias médicas.