

Description of Chapter 10
La pelota caliente - Chapter 10
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Décimo. Yo que nunca tengo pesadillas, y fíjate el sueño que tuve anoche, me imagino que debe ser la preocupación. Era el noveno inning, de eso estoy segura, aunque no recuerdo quién jugaba.
Bajé al baño con unas ganas de orinar terribles. El baño era hermoso, con mármol y espejos gigantes en todas las paredes. Estaba desesperada por regresar al partido. Me bajé el pantalón lo más rápido que pude, pero apenas lo hice, sentí un ruido extraño. Un ruido feo. Risas encajonadas, voces, burlas. Todo junto. Nada inteligible. Intenté subirme el pantalón a pesar de las ganas de orinar, pero fue en vano. No pude. Estaba completamente desnuda, Dios mío.
Y las voces eran masculinas, sin lugar a dudas. Crucé las manos en los senos y me agaché un poco para cubrirme, pero fue inútil. Eran pocas manos para mucho cuerpo. Las risas se acercaban convirtiéndose en escándalo. El resto del estadio se quedó mudo de repente, a pesar del momento vibrante que vivía el partido. Miré hacia la puerta del baño.
Primero entró un hombre negro, alto y fornido, que se reía escandalosamente mientras me recorrí el cuerpo con la mirada. Traté de gritar con todas mis fuerzas, pero otra vez había ruido en las tribunas y mi voz se ahogaba. Se perdía entre tanto ruido. Grité con más fuerza, con todas mis fuerzas, pero el escándalo de las tribunas había aumentado como a propósito.
El primer hombre me tomó por los hombros, con una ternura increíble en su figura animalesca, y me besó, mientras los otros reían y danzaban combates y manillas en las manos. En esas desperté con una sensación de angustia y viaventura, todavía en la cama sin dormir, pensando seguramente en el partido de esta tarde.
Lo miré con los ojos entreabiertos y me hice la dormida para organizar el sueño en la memoria, y empecé a rehacerlo, uniendo astillas, tratando de descifrarlo, recordando detalles, inventándole otros. ¿El color? Rojo y crema. Claro, el uniforme de Cuba. Debe ser la preocupación. Por eso quiero que llegue pronto la hora del partido, para ver si descansamos de esta maluquera, para ver si me quito de encima este presentimiento que, por más que me esfuerzo, no puedo descifrar.
Comments of Chapter 10