El cierre de Iker: Al conocer a mi ídolo de la niñez, entendí muchas cosas

Pues verán, tuve una comida y entendí muchas cosas.

A veces, una simple comida entre amigos puede ser una lección que no te la da ni la universidad.

Les contaré.

Quedé con Perico Delgado, con Pedro Delgado, sobre las presentaciones.

Máximo ídolo de mi niñez.

El póster revista Ciclismo a Fondo en mi cuarto en Vitoria.

Mi primer maillot, uno del Reinholds.

Y tiene mandanga.

Quien sepa de ciclismo me entenderá.

Porque mi familia materna, mis abuelos, mis tíos, mi mamá, son de Villaba.

Y Villaba es el lugar donde nació Don Miguel Induráin.

Nos ponemos rectos. Don Miguel Induráin, primero de Navarra.

Pero ¿qué ocurre? Fíjate lo que son las cuestiones anímicas, por encima de los resultados.

Se decía, había una leyenda maravillosa urbana, yo creo que era urbana, porque se lo pregunté a Perico y me decía, no, no creo, que en Villaba el primer entrenador de Induráin dijo, no, tú eres muy grande y muy gordo y no vas a andar nunca bien en bicicleta.

Si no es vero, es ventrovato. Maravilloso.

Pero Miguel llegó un poco después.

Es verdad que en la vuelta del 85, si no me equivoco, ya hace un buen papel en alguna de las contras, pero en el 85, cuando yo tenía 12 años, era Perico.

Y Perico me miraba porque no nos hemos conocido y mira que hemos coincidido en la SER durante 15 años.

Él como comentarista, pero siempre andaba afuera.

Y por vez primera tuvimos la oportunidad de quedar.

Es verdad que Perico ha estado envuelto, lógicamente, como todo el mundo que dice cualquier cosa, en polémicas, en historias, pero en fin, a mí eso, sinceramente me la sopla y a ustedes imagino que también.

Yo quería conocer a mi ídolo, a Perico Delgado.

Cuando Perico se presenta con el mayor del Reynolds y me lo regala, yo les voy a decir una cosa.

Yo soy mayor, ¿no? Un poco, ¿no? Yo casi lloro.

Yo casi lloro.

Y luego vino con su hijo un fenómeno.

Por cierto, había hecho un corto de ciclismo antiguo maravilloso.

Su hijo Pedro, maravilloso.

Y no lo digo por peloteo, sería un gran error.

Se lo dije a ellos, dije, joder, no impresionado por la hora de Perico, sino por el ambiente, por cómo...

Y estaba Perico enfrente, Perico hablaba y yo estaba así.

Entonces les dije que entiendo muchas cosas, ¿no? No lo vean como vanidad, por favor, pero durante los últimos años muchas personas con un cariño enorme se acercan y hay niveles, ¿no? Hay niveles como en todo.

Me acuerdo en Cádiz, la primera vez, tenía que ser en Cádiz, claro, cuando me pusieron un niño en los brazos, un bebé.

En la noche, un bebé, lo ponen.

Y me dicen los padres, es que le vas a traer suerte.

Es cuando tú dices, ya esto, ¿qué es esto? Y así nos ha pasado miles de veces, ¿no? La gente es maravillosa, pero mucha gente cuando...

Nuestro querido público, quizá usted no lo sé, no hemos negado jamás una foto a nadie, no tal, yo veo que temblaban y cosas, lo he visto muchas veces, imagínense con un ídolo de verdad, un cantante mundial o un deportista mundial.

Nosotros somos unos periodistas que hacemos un programa.

Y yo decía, pero bueno, si nosotros somos muy cercanos, ¿no? ¿Por qué pasa esto? ¿Y saben lo que pasa? Que ahora yo lo entiendo.

Porque yo estaba así.

O sea, para mí Perico seguía siendo el mismo del Mayor de la Orbea o del Reynolds, vestido de amarillo, como Don Quijote encima de una bicicleta, porque era capaz de todo.

Y le conté una anécdota, digo, siendo yo, en parte, mi sangre del pueblo de Induráin, y durante muchos años llevé una cartera firmada por Induráin, y tengo una botella de vino firmada por Induráin de su primer tour, ojo que eso tiene que valer mucho dinero, y un pañuelico de San Fermín firmado por Induráin.

Y yo iba con mi bicicleta por Villaba, yo, de niño, dale que dale que dale, en ciclos larequis, dale que dale.

Pero, amigo, yo iba con mi mayor de Perico, porque Miguel era la fuerza.

Esto llévenlo a cualquier ámbito del mundo.

La fuerza, la programación, si se quiere, el destruir a los demás por constancia.