
El cierre de Iker: Me cabrea bastante

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Iker Jiménez comienza el ‘Cierre’ de esta semana confesando que no le cuesta decir que no y considera que “decir que no es más importante que decir que sí”. Cuenta entonces que, durante la pandemia, recibió cerca de ochenta peticiones de entrevistas que no pudo atender, pero ocurrió algo.
“Siempre que hablo con medios escritos, que te graban y luego escriben, no hubo ninguna que dijera lo que yo había dicho exactamente, ni en el sentido ni en el significado. Y la verdad es que me cabrea bastante, primero porque soy compañero, entiendo lo que es el oficio, pero yo no recordaba el oficio con esta diferencia con un titular y lo que tú has dicho”.
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A mí hay una cosa que, es cierta, no me cuesta mucho decir que no y algún día les contaré algunas cosas. Decir que no es más importante que decir que sí, les hablo del oficio. Una cosa menos importante tiene que ver, por ejemplo, con las entrevistas. Yo recuerdo que cuando la pandemia y nuestra significación en aquella tremenda movida, llegué a acumular 80 o 82 peticiones que no podía atender de medios de comunicación. Pero ocurrió una cosa.
Siempre que hablaba, con todo mi respeto, con medios escritos, es decir, que interpretan o te graban y luego escriben, es que no hubo ni una que dijera lo que yo había dicho exactamente, ni el sentido ni el significado. Y la verdad es que me cabreé bastante. Primero porque soy compañero, entiendo lo que es el oficio, pero es que yo no recordaba el oficio con esta diferencia entre un titular y lo que tú has dicho. Me pasaron muchas cosas.
Recuerdo, por ejemplo, cuando en un importante periódico veo un titular, esto lo he dicho yo, en este caso contra Sánchez y yo no había mencionado a Sánchez. Entonces, en la pandemia, te quedas diciendo... y el argumento era, no, no, ha venido el director y me lo ha cambiado. Claro, uno es zorro viejo, no ha nacido ayer y ya sabe todos los trucos. Entonces llegó un momento en que yo decía, bueno, ¿para qué quiero yo hacer entrevistas en prensa? Me da lo mismo, es decir, pero no lo vean esto como una altanería.
Es que si va a salir algo que a mí no me beneficia, va a salir sólo para que en redes haya lío, un titular rebuscado y yo quiero que todos los compañeros lo vean muy bien y hagan lo que... Pero a mí, la experiencia que tuve, y en la Adana fue un poco menos, pero en el COVID fue tremendo, se ponían cosas que yo no había ni insinuado, para tener cebo y clics, me imagino.
Entonces, claro, ¿qué pasa? Que ya dije en ese momento que yo no hacía más entrevistas para prensa. Este aquí, que hace apenas una semana, diez días, me escribió un periodista y yo le dije, mira, de varios medios, dije, mira, que no, que compañero, que estoy contigo, que cojonudo, pero que es que yo no quiero perder el tiempo para que luego me ponga lo que no he dicho. Entonces, entiéndeme, ¿qué gano yo? En un mercado, en la vanidad es importante, hay gente que lo hace para salir en la prensa.
Bueno, bien, me parece bien, pero es que a mí no me compensa. Y iba a colgar el teléfono, esta persona, fíjate tan bien lo que son las... Me dice, estoy recogiendo a mis hijas, yo he venido a recoger a mi hija del cole, estoy recogiendo a mis hijas por la tarde, y me dice, no, es que yo vendo por pieza, ¿no? Es decir, entrego reportajes, no soy de una plantilla, soy un freelance, un autónomo que...
Y ahí sí que me ganó, ¿no? En el sentido de decir, oye, yo también lo he sido muchos años, sé lo duro que es y eso es otra cosa. Espero, compañero, no la he visto todavía, igual no ha salido y cuando le estoy contando esto sí, estoy cabreado o no, pero espero que se refleje lo que te cuento. Y me dice, bueno, a no ser que el redactor jefe o el director me lo cambien. Y al final uno cae, porque los compañeros pues a veces hay que echar un cable si es interesante lo que lo que pueden proponer y enviar.
Les quiero decir, ¿está el mercado del oficio de la información tan mediatizado, manipulado, tantas cortinas de humo, tantos intereses detrás de las noticias, que uno se asombra. Alguien dirá, porque eres un ingenuo, ¿no? Porque ya lo tenías que saber hace tiempo. Bueno, pero Karen me dijo un día, hablando de otros temas, me dice, bueno, es que nosotros hemos estado en un periodismo de juguete. Entiéndase, no de juguete por no considerarlo serio, sino de juguete por su tamaño, comparado con el periodismo del todo.
Y cuando uno cree que en el periodismo de misterio, vamos a llamarlo así, o de lo que hacemos en el cuarto milenio, podía haber manipulaciones y tergiversaciones, es el parvulario, ¿no? Cuando uno va al periodismo grande, al gran periodismo, yo muchas veces pienso, si me han puesto un titular que no digo lo que digo, si aquí han extraído una cosa que no tiene nada que ver con lo que he querido manifestar, es posible que mis prejuicios con otras personas, que yo no trago, a veces sean lo mismo, es decir, que tampoco he dicho eso. Ojo, imagínese a alguien que yo no le caigo simpático, ni a mí, él tampoco, por supuesto que eso se le ocurrió. Es decir, hay cosas.




















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