El cierre de Iker: Tengo que ser honesto con ustedes

Mucha gente, a través de Nave del Misterio, nuestras redes sociales, espectadores y no espectadores, me decían a un breaker, no nos decepciones, no nos decepciones, no vayas con la versión oficial, porque lo que ha pasado debajo de las pirámides es una cosa que puede cambiar la historia.

Y bueno, como ha habido muchos mensajes de ese tipo, y yo creo que también es una forma de leer lo que un porcentaje, puede ser más pequeño o más grande, piensa, me gustaría emplear esto para no responder, sino sobre todo invitar a que la semana que viene estén con nosotros para que vean las investigaciones o a lo que hemos podido llegar.

Pero dentro de todo esto, como siempre, es mi intención, hay que sacar una moraleja o hay que sacar una actitud que igual les pueda ayudar o no.

Es lo que yo hago, puedo equivocarme y en ocasiones acertar.

A ver, el tema de las pirámides, y ustedes ya saben, se ha convertido en viral.

Hoy en día hay muchos resortes para que algo se convierta en viral.

Nadie sabe exactamente cuál es la fórmula, porque si no todo el mundo estaría haciendo virales de cara a sus intereses.

Pero esto es como vender un libro que un programa se vea, nadie sabe cuál es el truco o la fórmula, seguramente no exista la fórmula.

Y entonces hay cosas que, como una irrupción repentina, tocan en todo el mundo.

Quizá porque las pirámides efectivamente son como un emblema del misterio antiguo.

Las pirámides solitarias, silenciosas en el fondo, a pesar de estar rodeadas tantas veces de turbos de turistas, siguen siendo una especie como de antena cósmica triple, porque siempre que hablamos de pirámides estamos viendo las de Gizeh, aunque hay muchas más.

Y una sensación de que el hombre antiguo, de que el ser humano tuvo un anhelo de trascendencia y de conexión con el cosmos.

Eso es real.

A veces uno pensaría que no hace falta añadir mucho más.

Fíjense, les voy a contar un secreto.

Y además es reciente, porque en televisión uno no se puede confiar absolutamente de nada.

Yo lo he comentado hace poco, el público no regala jamás nada.

Quien piensa que el público regala algo es que no conoce al público.

Y eso se aprende muy pronto.

Y es que muchas veces las cuestiones más, no voy a decir fantásticas, pero sí más esotéricas o más sobrenaturales, a nosotros nos dan menos seguimiento que las cuestiones más científico-arqueológicas o históricas o biográficas.

Es curioso.

Eso en cuarto milenio.

Pero existe una gran parte de la sociedad que quiere creer a toda costa.

Alguien me decía, Iker, déjame creer.

No, si usted es muy libre de creer.

Todo porque yo dije, hombre, espérense, con lo de las pirámides, a lo que nosotros vamos a hacer.

Espérense y luego tomen la decisión que ustedes quieran.

Diferentes informaciones, como ha pasado con otros grandes casos y hallazgos, nos hablan de una especie, por resumirlo, de superestructuras casi energéticas, casi propias de recuerdos del futuro, casi propias de tecnologías ancestrales alienígenas, casi propias de lo que ustedes quieran, debajo de un suelo que yo conozco algo.

Y yo tengo dos opciones.

Alimentar eso y decirles que es increíble y maravilloso y que estamos a punto de la gran noticia y que efectivamente las pirámides, como tanto suponen, eran maquinarios para la conexión ancestral, que había un secreto de otro mundo ahí, pero no es realmente lo que pienso.

Y uno a veces se debata entre lo que quieren que escuchen, lo que uno quiere para agradar a un público que está deseoso de eso.

Y es normal, porque les voy a ser muy sincero, nada me gustaría más que hubiera esas turbinas, estructuras, motores y poco menos que máquinas, entiéndanme, casi de antimateria, debajo de Keops, Kefren y Mikerinos.

Nada me gustaría más a mí, porque tendría, me entienden, muchos programas para hacer, y fascinante.

Como me encantaría que los geógolifos de Chile o de Nazca o las pinturas de Tassili tuvieran pruebas inequívocas de la presencia, en la que yo creo, de seres de otros mundos que quién sabe si en alguna ocasión nos legaron su conocimiento o hubo un contacto, un paleocontacto.

¿Cómo no? Pero tengo que ser honesto conmigo mismo y con ustedes.

Yo no estoy aquí para que ustedes escuchen lo que muchos desean que se escuche, sino para decirles la experiencia que yo he tenido.

Así que para mí sería mucho más cómodo alimentar ese misterio, lógicamente, pero por lo que yo conozco me parece muy difícil, por no decir barra imposible, lo que se está contando.

Y el misterio empieza a ser por qué se cuenta lo que se cuenta, por qué se irradia, cómo se irradia, y por qué todos los medios del mundo hablan de ese fantástico hallazgo debajo de las pirámides del cual no tenemos nada.

La arqueología racional, que es la única herramienta que tenemos para aproximarnos hasta si algo fuese misterioso.

Porque tiene que haber un método, ¿no? Si no, yo puedo decir lo que me dé la gana.