Los CINCO momentos críticos de tu exposición 💪Cómo estar a la altura

Me ha pasado de esas cosas que dan mucha rabia, que lleva prácticamente el vídeo, el podcast grabado al 90% y se ha cortado la cámara, se ha calentado, así que espero que valoreis este vídeo porque es la segunda vez que me lo grabo entero.

Agradezco esa manita arriba y que te suscribas si no lo estás. Y vamos a empezar. Hablaba de cuidar esos tres momentos de la exposición, esos tres momentos críticos en los que muchos opositores se ponen nerviosos y no saben transmitir sus ideas. Esos momentos en los que realmente, en vez de sonar coherente, te vas al punto de vista de opositor mediocre porque no sabe sonar práctico. En definitiva, que detectes cuáles son esos momentos críticos, te pongas delante del tribunal y con tus palabras, con tu discurso, le hagas ver que eres el futuro docente que quieren como compañero. Y el primer momento crítico es el primer minuto. Y hablo de primer minuto en tres vías.

Primer minuto en la encerrona. Hay muchos opositores que, a la hora de prepararse el discurso en la habitación, en la sala, en el aula que le meten, no saben cómo obrar. ¿Por qué? Porque no se lo traen planificado desde casa.

Conozco opositoras que se han puesto nerviosas y que luego te dicen es que la hora que tuve de preparación previa, por los nervios, por la ansiedad, no pude hacer nada. ¡Mec! ¡Error! La encerrona te predispone a entrar con ganas. Te predispone a entrar con un discurso organizado. Te predispone a que tengas todo clasificado y, frente a los nervios, no tengas que tomar prácticamente decisiones. Así que, cosas que hice yo para que te puedas inspirar. En primer lugar, ensayé la primera parte y esos primeros minutos para que no me pusiese nervioso o que, si estuviese nervioso, tuviera inercia ganadora. También me clasifiqué todos los materiales en orden y el discurso.

Me hice ese guión que yo llevaba hecho desde casa con la codificación de colores para así que, en algún momento, me quedase en blanco pues pudiera recurrir a ellos. Fui productivo, fui eficiente. Incluso me sobraron los últimos 15 minutos que estuve escuchando al opositor que iba antes de mí y, de hecho, me pudieron acompañar al baño porque no me aguantaba.

Pero lo que te quiero decir es que, cuando hagas simulacros en casa, dediques tiempo a la encerrona. Que sepas cómo vas a ensayar previamente, para tener los músculos de la cara predispuestos y que no empieces a trabarte continuamente o que tengas una mala dicción o una voz más grave y más aguda de lo normal.

Que tengas muy claro cómo vas a empezar, cómo vas a seguir. Yo ensayé mucho esos cinco primeros minutos, el solpaso de programación a unidad didáctica y situación de aprendizaje, ese final, cómo voy a empezar las actividades.

Aprovecha la encerrona. Y también, momento crítico, el primer minuto de la exposición oral.

Se dice que el miedo escénico dura tres minutos. Si esos tres minutos están más que preparados, la inercia es positiva y te vas a empezar a crecer delante del tribunal. Y ya, como vas a trabajar el discurso y la defensa acorde, estoy seguro que no vas a tener problema. ¿Pero qué ocurre? Que hay opositoras, que hay opositores que no ensayan, que no practican, que se preocupan en exceso y se ocupan por defecto y se empiezan a quedar en blanco.

Empiezan a ponerse nerviosos y se les olvidan palabras o se les olvidan captar la atención y conectar con el tribunal de manera emocional y eso es un error. Así que, por favor, ese primer minuto tiene que estar más que practicado. Y también el primer minuto de las actividades. En el momento que empiezas a sonar práctico, en el momento que empiezas a darle motivos al tribunal de que eres un docente proactivo, hay muchas personas que son excesivamente teóricas.

Prepárate cómo vas a presentar las sesiones, qué tiempo le vas a dedicar a cada situación de aprendizaje, a cada actividad, cuáles vas a explicar, cuáles vas simplemente de manera superficial a nombrar, cuáles vas a explicar también la metodología de la programación, por qué no te has salido de la unidad diáctica. Todo esto tiene que estar más que ensayado. Y si no sabes qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo, te dejo en el comentario fijado un curso que te puede ayudar al respecto. Es el paso a paso, es comunica para plaza.

Luego, por otro lado, otro momento crítico es el momento en el que piensas que vas a sorprender al tribunal mediante metáforas, mediante elementos así más retóricos, porque te has preparado el hilo conductor, porque te has preparado esa metáfora que va a actuar como pegatina mental. Genial, pero ¿qué ocurre? Si tú esa metáfora no la ensayas, no la haces tuya, vas a sonar robótico, porque a no ser que tengas una retórica espectacular en tu día a día y utilices muchas analogías, muchas metáforas, tengas esa estética a la hora de hablar que la mayoría no tenemos, no vas a sonar natural, vas a sonar impostado. Así que son momentos también de practicar muchísimo. Por ejemplo, si tú tienes una metáfora que alude a la escalera y de normal nunca has hablado en esos términos de tu programación, es posible que suenes tal que así. Mi programación no es tal que así.