La Ciudad sin Nombre, de H.P. Lovecraft

Los cuentos de la casa de la bruja tu pocas semanal de relatos de misterio ciencia ficción terror cada viernes al caer la noche un nuevo relato si te gusta nuestro contenido suscribe te y si te encanta hazte fan desde el botón azul apoyar y accede a todo el conteo unido extra y ahora disfruta de este programa al acercarme a la ciudad sin nombre me di cuenta de que estaba maldita avanzaba por un valle terrible resecos bajo la luna y la vía a lo lejos emergiendo misteriosamente de las arenas como aflora parcialmente un cadáver de una sepultura desecha el miedo hablaba desde las erosionados piedras de esta vetusta supervivientes del diluvio desde esta bisabuela la más antigua pirámide y un agua imperceptible me repelió y me con mi nava retroceder ante antiguos y siniestro secretos que ningún hombre debía haber ni nadie se habría atreví a examinar perdida en el desierto de arabia se halla en la ciudad sin nombre reynosa y desmembrada con sus bajos muros semi enterrados en las arenas de incontables años así debía de encontrarse ya antes de que pusieran las primeras piedras de memphis que cuando aún no se habían cocidos los ladrillos de babilonia no hay leyendas tan antiguas que en su nombre o la recuerden con vida pero se habla de ella temerosa mente alrededor de las fogatas y la las abuelas cuchichear sobre ella también en las tiendas de los jeques de forma que todas las tribus la evitan sin saber muy bien la razón esta fue la ciudad con la que el poeta loco apertura al share soñó la noche antes de cantar su disco inexplicable que no está muerto lo que yace eternamente y con el paso de los huevos aún la muerte puede morir los cuentos de la casa de la bruja presentan la ciudad sin nombre de hogwarts philips loft crafts yo debía haber sabido que los árabes tenían sus motivos para evitar la ciudad sin nombre la ciudad de la que se habla en extraños relatos pero que no ha visto ningún hombre tipo sin embargo desafiando los penetre en el desierto inexplorado con mi camello solo yo la he visto y por eso no existe en el mundo otro rostro que os te enteras espantosas arrugas que el miedo a marcaba en el mío ni se estremezca de forma tan horrible cuando el viento de la noche che hace temblar las ventanas cuando la descubrí en la espantosa quietud del sueño interminable me miró estremecida por los rayos de una luna fría en medio del calor del desierto y al devolverle su mirada olvide el júbilo de haberla descubierto quien me detuve con mi camello a esperar que amaneciera cuatro horas espere hasta que el oriente se volvió gris se apagaron las estrellas y el gris se convirtió en una claridad rosa hacia la edad de oro hoy un gemido y vi que se agita va una tormenta de arena entre las piedras antiguas aunque el cielo estaba claro y las vastas extensiones del desierto permanecían en silencio y de repente por el burdel lejanos del desierto surgió el canto resplandeciente del sol a través de una minúscula tormenta de arena pasajera y en mi estado febril imaginé que de alguna remota profundidad brotaba un estrépito de música metálica saludando