
Cómo abordar la injerencia electoral en la era de la desinformación, english version

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El 5 de marzo de 2019 tuvo lugar el encuentro sobre democracia y desinformación #DisinfoWeek Madrid 2019, organizado por la Fundación Rafael del Pino, el Atlantic Council, la Embajada de Estados Unidos y la United States Mission to the European Union, en el que participaron Ana de Palacio, asesora estratégica de Albright Stonebridge Group y directora del Consejo del Atlantic Council; Alexandre Alaphilippe, director ejecutivo del EU DisinfoLab; Daniel Fried, investigador destacado en Eurasia Center, Atlantic Council; Nicolás de Pedro, investigador de The Institute for Statecraft; Kadri Kaska, investigadora jurídico del NATO Cooperative Cyber Defence Centre of Excellence, y David Alandete, periodista del diario ABC.
Daniel Fried comentó que la desinformación no es nada nuevo. En este sentido, recordó que la Unión Soviética lanzó el rumor de que la CIA había inventado el sida. La forma de hacerlo fue dirigirse a los periódicos africanos, que sacaron la historia, para que luego hablaran de ella los medios europeos y que pasara a los gobiernos. El rumor llegó a creerse. La KGB, que dirigía la operación, inventó los idiotas útiles. Ahora, con internet, ese proceso se puede hacer en minutos y conseguir que la historia se extienda rápidamente.
La imprenta no solo creó la Biblia, sino también “Mi lucha”. Hace siglos también estaban los panfletos. Es decir, la tecnología siempre se ha utilizado con fines propagandísticos, pero ahora es más rápido y más difícil encontrar el origen de esa propaganda.
Para David Alandete, el problema hoy es que cuando se compite en el mundo online el terreno es igual para todos y los periodistas tienen que competir con personas que actúan como periodistas sin serlo. El periodista ejerce un derecho que pertenece a toda la sociedad para poder votar informada. La desinformación mata al periodista y trata de ir por encima de él para que a los políticos les resulte más fácil hablar directamente con los ciudadanos, en especial en las dictaduras.
En Siria pudo ver como los medios rusos describían a Occidente como corrupto, etc. Para ellos no existían ataques químicos. Esa burbuja se fue ampliando y ampliando y llegó a otras áreas de ataque. Ahora estamos en un entorno en el que los medios rusos que actúan en todos los idiomas están dando a entender que hay una realidad distinta y alternativa. Cuando no tienes medios fuertes que comprueben los hechos, todo fracasa y nos encontramos en una situación en la que cualquier cosa es posible en Europa porque todo se hace viral.
Nicolás de Pedro indicó que las personas como él que llevan tiempo siguiendo a Rusia sabían que los rusos hace tiempo que han decidido socavar occidente para protegerse ellos mismos. Todo lo que hacen es para defenderse. Al menos, así lo creen ellos. Lo que está haciendo el Kremlin es ofrecer una plataforma para multiplicar los efectos de nuestra crisis: la crisis de nuestras democracias liberales, la falta de prosperidad y la legitimidad de nuestro sistema. También está la crisis de los modelos tradicionales.
La solución a todo esto está relacionada con la educación, con la alfabetización mediática. Rusia ha identificado, con razón, que puede explotar la legitimidad de occidente, que está bajo mínimos. La cuestión es si nos ponemos a trabajar juntos para frenarlo, porque están utilizando la libertad de expresión para atacarnos. Lo que hay que hacer es conectar todos los puntos. Cuando hablamos del Kremlin esto es parte de una estructura muy importante, que va desde la desintermediación nuclear al uso de dinero negro. Están financiando a partidos de extrema derecha y de extrema izquierda, pero podríamos hacer algo con la legislación para que esto no se permita.
Kadri Kaska comentó que, en Estonia, tuvieron que ver que la seguridad no es solamente asegurar los sistemas de información y de votación, sino también nuestras sociedades cada vez más digitales. En cuanto empezaron a hablar de las elecciones por internet se dieron cuenta de que había muchísimos peligros en ello. No son solamente las elecciones, sino también la resistencia de su ecosistema digital, el funcionamiento normal de nuestras sociedades. Las ciber amenazas que hemos visto en los últimos cinco años son que la desinformación se amplifica, los conflictos de valores se agravan por los medios que utilizamos para resolver nuestros problemas. Hay muy pocos incentivos para colaborar. No apreciamos como podemos aprovechar la conectividad para luchar juntos.
Estos patrones tienen a asentarse en las naciones por su importancia, pero no es un ataque contra las elecciones, sino contra nuestra forma de vida. La ciber seguridad en las elecciones se tiene que ver como un todo integrado. No solo asegurar la forma de votar y las urnas, sino ver dónde están las amenazas contra nuestras infraestructuras críticas.
En la UE tenemos una directiva sobre seguridad de la información. Es una herramienta muy importante, porque crea una visión muy consistente de que servicios consideramos esenciales para nuestra sociedad, pero también crea un mecanismo de gestión de riesgos para ser conscientes de las amenazas y vulnerabilidades que tenemos. Hay diferentes niveles de criticabilidad y hay servicios e infraestructuras que pueden afectar funciones públicas, por ejemplo, los medios, las redes sociales, los partidos políticos, la ONGs. Si pensamos en el ecosistema, la gestión de ciber riesgos también tiene que ver con el alfabetismo digital de los partidos políticos, de los sindicatos y de los votantes. No es solo cuestión de ciber higiene.
Daniel Fried añadió que, al atacar cualquier problema, hay que trocearlo, no verlo desde el nivel agregado. También hay que trabajar dentro de las normas democráticas, no hay que acabar con ellas para luchar contra la desinformación porque no funciona. Luego hay que separar extranjero de nacional. Nuestro cambio de maniobra es más aplicable a los actores extranjeros. Hay cosas que podemos hacer para limitar la presencia extranjera en el espacio digital, y eso también se puede hacer con los agentes nacionales. Hay que utilizar principios de transparencia e integridad para filtrar la desinformación extranjera para ver quién está haciendo esos blogs y ver que no son personas falsas. La gente tiene que saber que es Iván, de San Petersburgo. Hay muchas capacidades técnicas para hacerlo.
Otra área que hay que considerar es el sesgo algorítmico, porque es rentable. Antes, los canales de televisión tenían que cubrir ambos lados de la noticia. Eso nos permitiría exigir a las empresas actuales que lo hagan ahora. Se puede hacer a través de la regulación. También de las normas de servicio. Hay que sacar a los bots de sus sistemas porque las soluciones técnicas existen. Hay que centrase en las soluciones. Puede que no resuelvan el problema de la desinformación, pero la pueden limitar.