Cómo Dejar de Controlar los Pensamientos para Estar en Calma | 341

Hola, ¿cómo estás? Muchísimas gracias por acompañarme una semana más en este espacio de psicología, en este podcast. Soy Elena Echegría, psicóloga y creadora de psicoguías.com. En el día de hoy quiero proponerte que trabajemos los pensamientos. Vamos a ver cómo podemos salir de nuestra cárcel mental, cómo podemos manejarnos mejor con aquellos pensamientos que etiquetamos de negativos, de repetitivos, de obsesivos, que en definitiva tenemos mucha lucha con todo este tipo de contenido mental, porque creemos que la única salida es control, eliminar, luchar, vigilar. Pero por aquí no está la salida y seguro que lo has pensado alguna vez, que esto nos está enredando más, nos atrapa más y nos genera más estrés, más sufrimiento, más angustia. Pero seguimos intentando, entre comillas, buscar algo que es como una ilusión mental de voy a encontrar algo que elimine, que controle, pero todavía me falta tener información, voy a seguir revisando este vídeo, consultando este podcast, preguntando a este profesional para ver que alguien por fin me diga cómo elimino este contenido de mi mente, porque no me gusta.

Y si te dijera que la calma, la libertad no está en que elimines, en que silencies, en que te quites de encima, sino en aprender a relacionarte con tus pensamientos de otra manera. Y aquí de verdad sí está la salida. Quiero que este episodio pueda ser como una llave que pueda abrir esa puerta, que pueda ayudarte a salir de ese enredo mental y encontrar esa calma que muchas veces buscamos, consumiendo todo tipo de información, intentando que algo nos ayude para de una vez por todas que haya silencio en la mente y podamos calmarnos. ¿Cuántas veces creemos que primero tengo que saber controlar mi mente? ¿primero tengo que eliminar este pensamiento negativo? ¿primero tengo que quitarme esta obsesión porque si no no voy a tener bienestar en mi vida? ¿porque si no no voy a tener una vida plena? Y nos quedamos aquí, en esta lucha. Date cuenta que esta lucha nos lleva mucho estrés y también a mucho gasto de energía. Dejamos de hacer las cosas importantes, dejamos de cumplir nuestras metas, dejamos de ir hacia ilusiones, proyectos, sueños que tenemos, porque primero tengo que eliminar este pensamiento.

Tenemos una sensación como de intolerancia, de no tolerar este pensamiento. No me digas que lo tengo que mirar, no me digas que me tengo que relacionar con él, porque tú no sabes lo que es tener este pensamiento cada día. Y te aseguro que todo lo que quiero compartirte lo he trabajado día a día con las personas. Sé que funciona, sé que les ayuda y también, más allá de tener un tipo de pensamiento negativo o no, es entender que todos los seres humanos tenemos una mente con un tipo de pensamientos, con ese sesgo negativo y nos quedamos atrapados muchas veces. Atrapados en el piloto automático, atrapados en la narrativa de la mente. Así que es prioritario que sepamos manejar todo ese contenido que nos aparece día a día. ¿Por qué? Porque desde ahí vamos a tener esa libertad que buscamos. Y por tanto, dicho todo esto, el recorrido que quiero proponerte es a través de una metáfora terapéutica. Hay una metáfora que en especial me gusta mucho.

Quizá te la haya contado en algún otro episodio, pero hoy quiero que podamos ponerla sobre la mesa, que la analicemos en profundidad y que sea como un hilo conductor que nos ayude a ver qué habilidades nos van a ser más útiles, qué estrategias poner en práctica, cómo manejarnos adecuadamente con nuestra mente y cómo encontrar esas puertas de salida para poder manejarnos de otra manera con el día a día, con nuestra vida, reduciendo también esos niveles de estrés y ansiedad. Así que esta metáfora, aunque te pueda parecer sencilla, de verdad, dale una vuelta, entiéndela, piénsala conmigo, porque te va a ser tremendamente valiosa. Y como te digo, va a ser ese hilo conductor para ver qué podemos estar haciendo y trabajando con nuestros pensamientos, con nuestra mente. Así que si te parece, acompáñame trabajando con esta metáfora que nos va a ayudar con los pensamientos. Lo primero, si te parece, es que nos podamos imaginar esa escena. La metáfora se trata de que imaginemos un día de playa y quiero que lo puedas hacer conmigo, porque así vamos a entender mucho mejor esa analogía que luego vamos a estar haciendo con nuestra mente, con nuestros pensamientos. Imagínate en un día de playa.

Percibes los sonidos, percibes quizás el sol, cómo es ese entorno, ese momento, ese instante. Y así lo vamos percibiendo con todos los sentidos. Quizás notemos el sol en nuestro cuerpo, notemos el agua si estamos nadando y en nuestro cuerpo.