¿Cómo orar? - Rey de Reyes

Que gusto saludarlos. Bienvenidos a su programa Rey de Reyes. Hoy tenemos un programa muy especial.

¿Por qué especial? Bueno, todos los programas son especiales porque son de Dios. Pero hoy es algo que nos hace falta a todos. Es algo que debemos estar recordando. A veces no sabemos algunas cosas. Y hoy nuestro queridísimo amigo, invitado, Padre Evaristo Sada, que es el encargado de la cátedra de la Universidad Anáhuac y quien le doy la bienvenida a nuestro queridísimo amigo Padre Evaristo. Muchas gracias por aceptar esta invitación, Padre Evaristo.

Gracias a ti, Manuel, gracias. Y muy contentos porque recuerdan ustedes que ya tuvimos un programa con el Padre Evaristo. ¿Se acuerdan aquel programa que fue la actitud? El que no tiene actitud a la vida, el que no tiene actitud al persinarse. Todo eso él lo habló, ¿se acuerdan? Ahí está el programa. Y bueno, fue una cosa hermosísima donde se presentó un libro, la vez pasada de él, que se llamó y que se llama Un minuto al día con el Espíritu Santo.

Hoy no es el tema, pero aquí tengo el libro. Y ustedes van a decir, y bueno, ¿y por qué lo tienes ahí? Les voy a decir por qué. Porque hoy toca, dentro del libro, hoy 19 de septiembre, hay una oración al Espíritu Santo cada día. Un minuto, un ratito. Entonces yo quisiera que en este, que ustedes pueden, a lo mejor ustedes ya lo tuvieron, van a tener la manera de, ¿dónde los pueden tener? ¿Dónde los pueden conseguir? Todo esto va a pasar.

Pero yo quisiera que la voz de nuestro queridísimo autor del libro, pues que hagamos esta oración al iniciar el programa para el tema que vamos a entrar, que el tema que vamos a hacer hoy se llama el programa ¿Cómo? Orar. ¿Cómo? Orar. Bueno, pues el queridísimo Padre Baristo. Por favor. Con mucho gusto, Manuel. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén. Espíritu Santo, hoy quisiera rezar el rosario como lo recomienda Juan Pablo II, contemplando los misterios de Cristo desde el corazón de María. Pero para ello necesito tu ayuda. ¿Cómo voy a sentir como María sintió en la cueva de Belén sin tu ayuda? ¿Cómo voy a experimentar el dolor que María sufrió en el Calvario sin tu ayuda? ¿Cómo voy a gozar como María gozó al encontrar a Cristo resucitado sin tu ayuda? Ven Espíritu Santo, enséñame y ayúdame a rezar bien mi rosario. Amén.

Ah, qué bonito. Pues hermanos, fíjense, por eso le pedí al Padre que me permitiera de nuevo presentar este libro, este momento. ¿Por qué? ¿Ya viste qué diferente? Cuando uno empieza, aunque sea un minuto, un ratitito, pero nos pusimos ya en manos de Dios, ya nos encomendamos al Espíritu Santo. Y así, tú el día de mañana, 20 de septiembre, tomas tu libro, te vas a salir a la calle, vas a tu trabajo, toma. Ahí lo van a tener. Ya les voy a decir dónde. Bueno, pues gracias.

Y así lo ponemos, nos ponemos en manos. Claro, el tema sería fuertísimo, ¿no? Hablar lo que dice el Padre aquí del Espíritu Santo y enséñame a rezar el Santo Rosario como María Santísima, contemplar los misterios con María Santísima. Tremendo. Pero bueno, vamos a hablar de las cosas. Cuando llegué al rosario, en las preguntas que le vamos a hacer al Padre, pues vamos a ir caminando. Y entonces, como entramos en este tema de este libro, que ahorita también nos va a hablar el Padre de este libro, pues es como.