¡Eh, Ñakú!
¡Eh, eh, eh! ¡Ñakú!
Eres un grande.
Sorionax, ¿pasaste bonito día el sábado?
Claro. Oye, ¿sí?
Sí, sí. ¿Nos escuchas?
¿Nos escuchas, nos copias? Sí, sí, perfectamente.
Pasaste un buen día, te decía Iman, ¿no?
Sí, sí, sí. Nada, muy bien con la familia, con los chiquis.
Muy bien. Estilándome continuamente
no solo de las orejas, sino de la ropa, de las manos, de todo.
Así que como muy bien, sí.
Maravilloso. Pues nada, que cumplan muchos más.
Y nos falta la celebración. Que lo veáis, que lo veáis.
Nos pasamos un día por la Rain, echamos un cafecito, un pincho…
Y eso lo pagas tú, además, eh. Hombre, claro.
Hombre, claro. Bueno, hoy…
Necesitaría más. Hoy tenemos…
cita televisiva.
Eh… Eso parece, ¿no?
Sí, sí. Y tengo mucha curiosidad, porque seguro que nos traes…
Bueno, me callo. La pregunta hoy era
qué exjugador de Baskonia está triunfando en la televisión.
Luego, con la pista, ya nos has dicho que alicantino,
pero que él se considera vasco.
Y a partir de ahí, pues todo para ti.
Muy bien. Pues mira, os voy diciendo que el protagonista
es Jorge Fernández Madinabeitia.
Vale.
Que nació en Alicante el 8 de agosto de 1972.
En la temporada en que el Baskonia se iniciaba
en la máxima categoría del Basque nacional
y en plenas fiestas de Vitoria-Gasteiz.
Con lo cual ya… Ahí hay un vínculo, ¿no?
Hay vínculo. Hay algo, sí.
Que está bendecido y, como dice la otra, bendito.
Muy bien. Bueno, cuando era muy pequeño,
la familia se desplazó a Ipuzkoa a vivir,
a Mondragón en concreto, donde Jorge empezó a dar
sus primeros pasos en el deporte.
Por cierto, jugando a fútbol no era muy bueno.
Eso lo dice él, ¿eh? Y el entrenador no le sacaba mucho.
Así que después de ver un partido de básquet en la tele,
se apuntó al equipo del colegio, recuerda él mismo.
Ahí fue dando pasos en su progresión
hasta que viene a Vitoria-Gasteiz, donde ya la habían visto
y él también sabía dónde iba cuando le brillaban las retinas
por haber visto al Baskonia de Essie Hollis en Mendizorroza.
Le dio tiempo y ganas para terminar sus estudios
y empezar la carrera de IBF en la misma Gasteiz, aquí mismo.
Y, por cierto, empezar a dar clases en el colegio concertado
de la Virgen Niña de esta capital.
Con todo esto, el básquet comienza a ser su pasión desmedida
y el Baskonia le hace entrenar con el primer equipo
en la temporada de Scariolo, la 97-98.
Al principio hace una buena pretemporada,
al lado de Garbajosa, Bennett, Spiel, Ortún, Beric, bla, bla, bla.
Y al poco de empezar, la temporada oficial
debuta en Gasteiz un 20 de septiembre de 1997
para jugar un minuto 26 segundos.
Abro comillas, porque habla él.
Estuve en el Baskonia solo una temporada,
pero fue lo más especial de mi vida.
Cuando era niño, siempre iba a verles jugar a Vitoria-Gasteiz.
Cuando fui creciendo, solo soñaba con poder entrenar con ellos un día
y cuando te llega la oportunidad de ponerte una camiseta de tu equipo
en la CD, es un sueño hecho realidad.
Jugué muy poco, pero con entrenar en ese equipo, ya era feliz.
Retrotalléndose a ese momento del debut en concreto,
cuenta que en el calentamiento ya sabía que podía debutar
y a falta de dos minutos, Sergio Scariolo, algo menos,
le llama y el corazón se le salía por la boca, según dice él.
Se le secaron los labios y delante de 12.000 personas
debutó con muchos nervios,
pero no pudo ni tan siquiera tirar un solo tiro a canasta.
Por cierto, no volvería a jugar, ni en el Baskonia,
ni en ningún otro equipo, al lesionarse de importancia.
Cuando se lesiona, se le cae el mundo encima,
para él el baloncesto era todo, comía, vivía y dormía para el baloncesto.
Cuando se rompe el cruzado anterior y el menisco
y le dicen que eran ocho meses, lo pasó fatal.
Ya tenía 26 años y se empezó a preguntar
dónde iba a jugar cuando se recuperara.
La vida, en ese momento, le dio una lección muy buena.
Por una cosa muy mala que te suceda,
seguro que después viene algo mejor.
Scariolo intercedió para que tuviera los mejores tratamientos médicos
hasta la recuperación de la lesión, como si fuera el líder del equipo.