
Comuneros de Catacaos piden al Papa Francisco sancionar al Sodalicio por el despojo de sus tierras.

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Hoy en nuestro informe especial: Comuneros de Catacaos piden al Papa Francisco sancionar al Sodalicio por el despojo de sus tierras.
21/02/25
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A continuación presentamos la voz de Huayca para hacerte llegar las noticias que nadie te cuenta.
Hoy en nuestro informe especial, comuneros de Catacaos piden al Papa Francisco sancionar al sodalicio por el despojo de sus tierras. Los comuneros de San Juan Bautista han elevado un pedido directo al Papa Francisco para que tome medidas concretas contra el sodalicio de vida cristiana, no sólo por los casos de abuso sexual que derivaron en su disolución, sino también por su presunta implicación en el tráfico de tierras. La comunidad campesina exige que la Iglesia Católica intervenga y rectifique las apropiaciones irregulares que han afectado sus territorios durante más de una década. Desde el año 2011, la Asociación Civil San Juan Bautista, vinculada al sodalicio, ha intentado desalojar a los comuneros de sus tierras utilizando documentos cuya autenticidad ha sido puesta en duda.
Pese a las denuncias de los campesinos, las autoridades judiciales no han resuelto el caso a su favor, permitiendo que el proceso se prolongue sin una resolución definitiva. Los campesinos enfrentan un proceso judicial iniciado por la Asociación Civil San Juan Bautista, que busca el desalojo de la comunidad a través de la vía legal. En primera instancia, la magistrada Iris Soledad Suárez Lozada falló a favor de la asociación, pero los comuneros apelaron la decisión en noviembre de 2021. Hasta la fecha, la Corte Superior de Piura no ha resuelto la apelación, manteniendo en incertidumbre a las familias afectadas. El conflicto no sólo se ha desarrollado en tribunales, sino que también ha tomado formas de hostigamiento en el día a día de los campesinos, desde la instalación de cercos en caminos ancestrales hasta la muerte de su ganado a manos de perros entrenados.
Los comuneros han denunciado reiteradamente actos de intimidación sin recibir respuesta efectiva por parte de las autoridades. Asimismo, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos denunció en el 2022 que la criminalización también podría ser una forma de hostigamiento contra los comuneros. Tal como lo explicó en el 2022 la secretaria de la Coordinadora de Derechos Humanos, Jenny Dador, estas empresas criminalizan a los comuneros a través de diversas denuncias. De esta forma logran saturar el sistema de justicia y atacar la reputación de los comuneros. Tal como lo reveló Huayca, desde el 2014 una red de empresas vinculadas al sudalicio ha estado involucrada en la apropiación irregular de tierras en la región.
Según una investigación de Huayca, más de 10.000 hectáreas de la comunidad de Catacaos han sido registradas a nombre de compañías como Miraflores Perusac, Agroindustria San Gerardo y Santa Regina Sac, sin el conocimiento ni consentimiento de los comuneros. La Asociación Civil San Juan Bautista, uno de los actores involucrados en este conflicto, presentó una denuncia en el 2004 contra un grupo de comuneros, acusándolos de ocupación precaria de 1.895 hectáreas. Paola Quispe, abogada de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y defensora de los campesinos de Catacaos, ha señalado que las transferencias se realizaron sin consulta previa a los comuneros. También explicó sobre los efectos negativos en la salud mental de los comuneros.
A lo largo del tiempo esto ha creado daños psicológicos, problemas emocionales a las familias que se encuentran asentadas en esos lugares, que viven en la zona y que no tienen paz, tranquilidad, porque tienen temor en que en cualquier momento pueden venir estas empresas a desalojarlos de manera abrupta y perder la vida. Es un tema delicado, es un tema que va a formar un precedente dentro de Perú, porque obviamente estos terrenos comunales son ancestrales y obviamente deberían ser para los comuneros que habitan en la zona.
En la actualidad están en juego 1.800 hectáreas aproximadamente. Estamos hablando de 200 familias. Ustedes saben que en el campo existe un sinnúmero de hijos, nietos, esos nietos tienen hijos, así sucesivamente, entonces estamos hablando de miles. El señor Marcelino Inga, uno de los comuneros afectados, relata con angustia los años de lucha por sus tierras. Recuerda cómo las máquinas destruyeron sus sembríos en la noche y en la tarde.