CONFI(n)ADOS / El cocodrilo del Pisuerga... y "el otro".
Description of CONFI(n)ADOS / El cocodrilo del Pisuerga... y "el otro".
El cocodrilo del Pisuerga y "el otro"...
Si con el COVID-19 no teníamos bastante, ahora es noticia el presunto avistamiento de un cocodrilo en el río Pisuerga, en Valladolid. Una amenaza que, desde hace varios días mantiene en vilo a los vallisoletanos y en alerta máxima al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), al Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, y también a la Policía Local de Simancas.
La noticia sirvió al menos para distraernos y disputarle la hegemonía de nuestros temores a ese microscópico enemigo invisible -el COVID-19- que tiene en jaque al mundo entero desde hace tres meses y que ya ha matado a más de 400.000 personas en todo el mundo.
Pero, lo cierto es que conforme han ido pasando los días la noticia ha ido cambiando y devaluándose. Así, lo que primeramente había sido un avistamiento del animal, en realidad habría sido el avistamiento de sus huellas por parte de un biólogo que, eso sí, le habría bastado para determinar el origen de una especie peligrosa de cocodrilo. A partir de entonces se le bautizaría como “el cocodrilo del Nilo”, lo que alentó la imaginación popular dando origen a innumerables teorías sobre la forma en que el animal habría llegado desde el río de los faraones a tierras de Castilla.
Hoy ya se habla de que el presunto intruso podría ser una nutria y, mucho nos tememos que, como los buzos de la Guardia Civil no lo encuentren pronto, en unas horas se convertirá en un inofensiva tortuga. Poco más.
Hay un dicho popular en España que dice, “Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”… Y este dicho se usa para hablar de un tema que tiene poco o nada que ver con el tema que se venía tratando.
Pues eso, que “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”, a algunos de nosotros nos tiene perplejos otro “cocodrilo”, el que se ha filtrado hace unos días desde los misteriosos afluentes subterráneos de las instituciones del Estado y ha salido a la luz pública en forma de “informe judicial”, para poner el foco mediático no donde debería estar, a nuestro juicio, sino en donde a algunos les interesa que esté.
¿Cómo es posible -nos preguntamos- que un informe de la Policía judicial de la Guardia Civil, por cuya preceptiva confidencialidad se han cruzado graves acusaciones una Juez y un Ministro, acabe navegando por las aguas fluviales de los platós de TV y por las redacciones de los diarios? Se nos antoja más fácil de explicar la llegada de un cocodrilo del Nilo al Pisuerga que esta filtración tan grave. Un hecho escandaloso que socava la confianza de los ciudadanos en las instituciones del Estado. El esclarecimiento de esta lamentable filtración, a nuestro juicio, clama al cielo. Al cielo, y a las puertas de la Audiencia Nacional, que debería investigarlo cuanto antes.
El informe filtrado ha causado un gran revuelo mediático y la prensa sensacionalista no ha tardado en describir con lujos de detalles el tamaño colosal del cocodrilo político avistado… Sin embargo, conforme van pasando los días, se nos antoja y es muy probable que el presunto cocodrilo empiece a devaluarse hasta convertirse en una inofensiva nutria o, quien sabe, ni siquiera eso…
Mientras tanto, la amenaza real sigue allí, aunque no sea tan rentable para la refriega política, ni para los intereses de cierta prensa, ni para el lucimiento personal de ciertos funcionarios del Estado... Un peligroso virus anda suelto y, esta vez, si vuelve a haber brotes de contagios… si mueren más ancianos en nuestras Residencias por abandono y desatención médica… si nuestros hospitales se vuelven a ver colapsados por falta de personal sanitario suficiente … si volvemos a tener que improvisar hospitales en recintos feriales…
Entonces… entonces no podremos esgrimir excusa alguna. Entonces, el cocodrilo será real, y nos devorará a todos. Entonces, el daño para nuestra convivencia democrática será particularmente grande.
Hace dos mil años el Señor Jesucristo denunció la hipocresía de quienes pretendían colar el mosquito y tragarse el camello… Hoy, el mosquito puede ser un imaginario cocodrilo o un bulo político-mediático, mientras que a algunos se les atraganta el camello de la hipocresía en la garganta. Allá ellos. Ya les tocará rendir cuentas. Pero que sepan que a nosotros, a los ciudadanos, ya no nos engañan.
Que Dios nos ayude.
© Jorge Fernández – Madrid, 10 de junio de 2020.-