El conformismo, antónimo del liderazgo - Mauricio Castillo Sánchez

Atrévete a salir de lo habitual, encara tus miedos, rompe tus paradigmas, cumple tus sueños y deja un legado en este mundo.

Bienvenido a tu espacio Líderes por Naturaleza.

El conocimiento es sólo poder en potencia.

Únicamente se convierte en poder si está organizado en planes definidos de acción y dirigido hacia un objetivo determinado.

Continúa el autor.

Un hombre educado no es necesariamente alguien que tiene abundancia de conocimientos generales o especializados.

Un hombre educado es el que ha cultivado las facultades de su mente de tal manera que pueda adquirir cualquier cosa que se proponga o su equivalente sin violar los derechos de los demás.

El conocimiento le abrirá el camino a la riqueza si sabe qué camino tomar.

Lo que dice el autor es que en últimas palabras menos, saber cosas, simplemente saberlas, no nos sirve de nada mientras no las apliquemos en algo concreto que nos produzca resultados y que logremos algo que estemos buscando, un sueño, una meta, conquistar un objetivo.

Por ejemplo, hay personas que dicen, sí, estos días charlaba con un amigo que viene de Argentina que está en un sobrepeso impresionante, pues tanto hace que construye un grupo exacto que tenemos de amigo de Popa allá que se titula Madranada, porque hacemos una madranada, nos encontramos todos y eso es bacano, es muy interesante.

Entonces el man está en Mar del Plata y se toma una foto, pero la foto sale así, sale todo el cielo azul y él sale el pescozo para arriba.

Entonces, claro, como sabemos que él está bien o eso, empezamos a hacerle búlitos, pero tomándole la foto completa, queríamos ver la morsa en el mar, queríamos ver el manatí en la playa.

Entonces, algo por interno, yo le decía, mi hermano, vos sos entrenador de fútbol además, pero independientemente de tu profesión o ocupación, hermano, vos sabes que eso es una bomba del tiempo, el sobrepeso.

Digo, sí, son quienes dicen, no me desblogan, no me descartillan, no me discursen, no me descartebran, sí, yo sé, yo sé, yo sé.

Digo, sí, mi hermano, pero es que saber, por lo visto, no te sirve de nada, porque llevas como una década con ese ecleutipo.

O sea, de nada no sirve saber.

Él puede saber qué es perjudicial para la salud el sobrepeso, él puede saber que potencialmente hay problemas cardiovasculares y de otra índole con la obesidad, pero si no toma acción al respecto, si no pone en práctica lo que sabe, el conocimiento que pueda tener sobre los efectos perjudiciales del sobrepeso, pues no va a pasar nada.

Y lo que dice el autor, es importante, que tú puedes escoger un camino para lograr riqueza, y la riqueza sabemos que va más allá de lo tangible, de lo material, de lo estrictamente económico.

Pero dice el autor, es importante saber qué camino tomar, porque uno puede tomar un camino, trabajar todo en un camino, o subirse a un vehículo económico, pero uno puede ser en el vehículo económico equivocado para lo que uno quiere lograr.

Si uno lo que quiere lograr es simplemente tener ingreso, tener sobrevivencia, pues un empleo que te dé esa estabilidad puede ser el vehículo.

Pero si el vehículo que tú quieres de prosperidad, de abundancia, de libertad, de flexibilidad, es una carrera extraordinaria, pues hay que buscar otro vehículo, hay que enrutarse en otro camino para que te lleve al destino que tú aspiras.

Para mí la mediocridad es como el antónimo del liderazgo, porque la mediocridad es conformismo, la mediocridad es la ley del menor esfuerzo, la mediocridad es que me quedo con lo malo conocido y no con lo bueno o excelente por conocer.

La mediocridad es, ¿pero yo para qué me miento en eso si lo viejo no aprendí a hablar? ¿Para qué emprendo si yo no nací para eso? Pues si el que nace pamatera no pasa en el corredor del San Juan.

Eso es mediocridad, ¿verdad? Y con motivo del desarrollo del proyecto que hacemos de Network Marketing, en mi comunidad,