La ContraRéplica - Valenciano o catalán

Soy Fernando Díaz Villanueva, hoy es 22 de junio de 2025 y esto es La Contracrónica.

Bienvenidos a la contrarréplica del domingo. Ayer no pudimos tener contraportada porque estuve toda la semana fuera. Ya os lo expliqué en el vídeo audio de la contrahistoria de ayer, que lo hice con Yello Balbás. Tuve que correr literalmente la programación y llevarme la contrahistoria un día más tarde, llevarme la el sábado, porque antes no había podido hacerla.

Así que nada, tuve que sacrificar la contraportada. Ha sido una semana, la verdad, liada pero muy intensa. Primero estuve en Murcia dando una charla para la Cámara de Comercio con una invitación de la agencia Portavoz, que es una gente de Murcia magnífica, me trataron bueno.

No os podéis imaginar lo bien que estuve esos dos días, casi tres, en Murcia.

Y luego me fui a Toledo, donde estuve participando en un viaje que organizó Cinta Craem. Subí ayer el vídeo del Corpus, lo subí a mi canal de YouTube, por si le queréis echar un vistazo. Cinta nos organizó un viaje muy completo, muy toledano. Primero estuvimos en el Corpus y luego nos fuimos a Los Toros, a la corrida del Corpus que es la más famosa y la más popular de Toledo.

Tiene lógica, porque el Corpus Cristi en Toledo es la fiesta mayor, la fiesta más importante de la ciudad. Yo no lo había visto nunca, jamás, sabía que existía y la verdad es que me gustó muchísimo. Creo que a cualquiera es un verdadero espectáculo. Luego lo de Los Toros por la tarde, pues hacía un montón de años que no iba a Los Toros, quizá 15 años, una cosa así.

Pero eso sí, había dos primerísimos espadas. Estaba Morante de la Puebla, que es un torero que está muy de moda ahora, y luego venía Roca Rey. Y había un torero también toledano que iba el tercero en el cártel, pero no recuerdo su nombre. No entiendo yo de Toros, así que no puedo nada, puedo decir. No sé si la corrida fue buena, mala o regular, a pesar de que uno de los participantes en el viaje, un tipo estupendo llamado Pedro, me estuvo informando y explicándome la corrida. Pero yo para las cosas taurinas soy duro, muy duro, entendederas. Es algo que no me termina de entrar. Así que nada, disfrute la corrida, por supuesto, no tanto de la música.

La música taurina, lo comentaba en Twitter, un tuit que ocasionó muchísima polémica. Es algo que se deberían replantear los taurinos, porque semejante espectáculo visual, que no venga acompañado de un espectáculo auditivo, pues no tiene perdón de Dios. Pero en fin, después de contaros así muy por encima esta semana, que me ha costado algunas contracrónicas y la contraportada este sábado, vamos a pasar a la contrarréplica, la del domingo, que ya sabéis que no me gusta nada sacrificarla, todo lo contrario. Bueno, si queréis enviar vuestras notas de voz os voy a dar el número es el 690 827909.

Los que estéis escuchando esto a través de YouTube ya sabéis que lo tenéis abajo, no hace falta más que miréis a la izquierda, esquina inferior izquierda, y veréis el número del nuevo muestro durante toda la semana. Así que ya voy a ir quitando este recordatorio que hago los sábados y los domingos, pero por si acaso. Bien, traigo varios temas, a ver si me entran como mínimo cuatro o cinco, cinco mejor que cuatro, porque tengo muchas notas de voz pendientes y ya sabéis que me gusta sacarlas todas. Bien, pues dicho esto, pasamos ya a la contrarréplica.

Empezamos con Benito, que nos habla de un tema, es un tema que comentamos por encima, eso sí, hace unos meses aquí en la contrarréplica, creo que a finales del año pasado, principios de este año, el suicidio de Rafael Escobedo, que fue el condenado por el asesinato de los marqueses de Urquijo, ya va para 50 años, y su relación, y eso es lo que lo trajo a la actualidad, con Fernando Grande Marlasca, no la de Rafael Escobedo, que creo que nunca se conocieron, pero sí la de su suicidio, ya que Grande Marlasca era el juez de Santoña en el momento en el que este hombre se suicidó.

Don Fernando Grande Marlasca sabía, a ciencia cierta, sabía que eso no era un simple suicidio, la muerte de Rafael Escobedo. O le ayudaron a suicidarse, o lo suicidaron. Eso lo sabía. Lo que ocurre es que, con vayas de saber qué criterio, recibió el consejo de que si quería medrar en la carrera judicial, enviara el tema para arriba a la audiencia nacional, y se olvidara del tema, para irlo quedando enterrado. El expediente, cuando lo tenía Fernando Grande Marlasca en sus manos, llegaba a la justicia.