iVoox
iVoox Podcast & radio
Download app for free
This is a preview from an exclusive episode. Listen to the full episode by supporting this podcast!
Corrupción y deseo. Capítulo 2

Corrupción y deseo. Capítulo 2

11/1/2025 · 01:39:03
0
713
0
713

Description of Corrupción y deseo. Capítulo 2

Abrí la boca, e hice lo que tenía que hacer. Chupar. Ese era mi deber.
_____________________________________________
Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces:
*Premium Anual
https://www.ivoox.vip/premium?affiliate-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e
*Premium Mensual
https://www.ivoox.vip/premium?affiliate-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38
*Plus
https://www.ivoox.vip/plus?affiliate-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c


sexo infidelidad pornografia erotismo orgia
Read the Corrupción y deseo. Capítulo 2 podcast

This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.

Las llamas del pecado, tu programa de relatos eróticos más caliente en español.

Si te gusta el contenido, suscríbete.

Y si te encanta, hazte fan desde el botón azul, apoyar y accede a todo el contenido extra.

Ahora, disfruta el episodio.

Hoy presentamos, Corrupción y deseo.

Capítulo 2.

La primera frase que se me viene a la cabeza es que la cosa se me estaba yendo de las manos.

Pero sería una afirmación falsa por varios motivos.

El principal, nunca había tenido verdadero control sobre la situación.

Apenas acepté el papel de mujer madura asediada por los amigos de mi hijo, me puse en un lugar peligroso.

Realmente tiene un hermoso culo, había dicho Noah.

Por mucho que me pese, no podía sentir ira al recordar aquellas palabras.

No solo eso, sino que mi cuerpo experimentaba inmediatamente la sensación que sentí cuando me percaté de que me estaban acariciando las nalgas con avidez, como si mi piel tuviera memoria.

Y al volver a experimentar esas manos invasoras en mi trasero, me sacudía de placer, sin poder contrarrestar esa reacción tan inconveniente.

Durante algunos días me carcomió la duda con relación a si Bautista estaba al tanto de lo que había pasado.

¿Había sido ese su plan? Lo dudaba.

No podría estar seguro de que me sentaría a ver la película con ellos.

Ni tampoco podía saber si me iba a excitar con la escena erótica.

Ni mucho menos que iba a permitir que sus amigos me metieran mano en sus propias narices.

Deduje que Noah y Lucas simplemente se habían dejado llevar por la calentura del momento.

Mi corazón se encogía cada vez que imaginaba a esos dos fanfarroneando con mi hijo sobre lo que habían hecho.

Pero pensé que quizás se lo guardarían para ellos.

A lo mejor pensaban que tenían posibilidades de poseerme sin la ayuda de Bauti, por lo que mantendrían en secreto sus avances.

Así se ahorrarían el precio que Bautista pensaba cobrarles por entregar a su mamá.

Pero ya estaba bien eso de bailar al ritmo de lo que pretendían esos mocosos.

Bauti, le dije a mi hijo, mientras terminaba de merendar.

Dame tu celular.

Que, dijo, sorprendido, aunque no tanto como cabría esperar.

Que me muestres el celular.

Es una nueva regla.

Desde ahora te lo voy a pedir en un momento cualquiera.

Quiero asegurarme de que no andes en nada raro, le dije.

Me sentía ridículamente nerviosa.

Como si fuera yo la que le tuviera que dar explicaciones a él.

Esperaba que Bauti se rehusara.

Así tendría una buena excusa para encararlo de una buena vez.

Pero para mi sorpresa, lo desbloqueó, y me lo entregó.

Lo primero que revisé fueron las fotos.

En la galería no había nada.

Pero no me iba a engañar tan fácilmente.

Abrí el drive.

Si pensaba que borrándolo del teléfono y subiéndolo a la nube se iba a librar de mí, estaba bien equivocado.

Abrí una a una las carpetas, pero no había nada.

Ninguna foto mía en ropa interior, ni mucho menos desnuda.

—¿Qué buscas? —me preguntó.

—Cuando lo encuentre me voy a dar cuenta de lo que busco —respondí.

Entonces me percaté de que me estaba olvidando de lo más importante.

Abrí el WhatsApp, pero no estaban las conversaciones con Noah, ni con Luca.

Fruncí el seño, extrañada.

¿Los tendría agendado con otros nombres? Abrí los chats más recientes, pero no encontré nada.

Luego fui a Instagram con los mismos resultados.

—¿Por qué borras las conversaciones? —pregunté.

—Por nada en particular.

—Tengo la costumbre de hacerlo —respondió, encogiéndose de hombros.

Así se libera espacio.

Me sentí impotente.

Se me estaba riendo en la cara y me ponía esa carita de nene bueno.

Y sin embargo no podía estar realmente furiosa con él.

Jamás pude hacerlo, y supongo que por eso estaba metida en el lío en el que estaba.

Me pregunté si era momento de hacerle saber que conocía bien sus intenciones, pero algo me detenía.

Lo más probable era que me negara todo.

Yo debería tener la templanza suficiente como para plantarme ante él y decirle que no le creía nada y que de hecho conocía la verdad, pero no terminaba de animarme a hacerlo.

Creo que tenía miedo, porque si Bauti me confesaba lo que estaba haciendo, tendría que enfrentarme a una situación a la que aún no me sentía preparada para enfrentar.

—¿Y si reviso la computadora de tu dormitorio, tampoco voy a encontrar nada raro? —le pregunté.

—Solo algo de porno —respondió él, como si nada.

Comprendí que sería una pérdida de tiempo revisarla.

Comments of Corrupción y deseo. Capítulo 2

Support this program to participate in the conversation.
We recommend you
Go to Sex and eroticism